Por José Francisco D. Sánchez
Siempre existirán los atrevidos y los aprovechados, aquellos que solo buscan beneficios personales y particulares sin importarle un comino el escenario, aparecen momentáneo y sé multiplican al ser copiados, estamos en el tiempo de los influencers, blogueros, ticktockers, artistas y programeros, pero al hacerlo utilizando una tragedia como la acontecida en el Jet Set, se convierten en ridículas y cómicas representaciones de falsas heroicidades.
Aparecieron y seguirán apareciendo los que dicen que estuvieron sin estar, fantaseando de su heroísmo, creando fábulas ingeniosas para lucrarse o pegarse.
Otros que a decir verdad, realizaron una gran labor y hoy se valen de ella para solicitar remuneración a los familiares de los rescatados.
Existen, entre los familiares de las víctimas de la tragedia, algunos que con su aparente defensa y activismo se presentan solo buscando estrellato, sin importarle el cadáver al que dieron reciente sepultura.
Como siempre, hay un grupo que vocifera y lleva la voz cantante creando expectativas, falsas y ciertas, entre los familiares de las víctimas, pero su único interés es económico, pecuniario o hacerse notar.
Todos son falsos héroes.
Hay otros peores:
Los dueños y responsables de la tragedia, que no tomaron medidas que a gritos pedía el local desde hacía tiempo.
Los rescatistas y personas que no fueron a prestar su ayuda desinteresada, que usaron el momento sin importarles los llantos lastimeros de los que aún vivían o de los que exhalaban su último hálito de vida, para tomar prendas y pertenencias del lugar del siniestro o de los cuerpos mutilados.
Los partidos políticos y los políticos, que tomaron el siniestro como estandarte de campaña, siempre queriendo pescar en ríos revueltos, levantando la voz que estuvo callada cuando era necesaria, cómplices o beneficiarios, muchos de ellos, de los dueños del establecimiento, planteando proyectos de leyes para aprobar lo que existe, solo pensando que la tragedia y las escenas tristes pueden proveerles votos cuando el tiempo lo amerite.
Los miembros de la comisión nombrada para cuantificar los daños del incendio que se produjo en el 2023 en ése mismo establecimiento y todas las instituciones que debieron hacer el trabajo correcto para corregir los daños que originó aquel siniestro.
Las compañías encargadas de realizar las faenas en el techo del local, que no tomaron en cuenta la estructura ni solicitaron la asesoría de los expertos en la materia.
Los supervisores, que a la hora de actuar con ética y profesionalidad llegan con las palmas de las manos hacia arriba y con las manos extendidas.
Todos son villanos.
No todo está perdido, porque siempre aparece la luz que opaca toda oscuridad y toda sombra y nos provee de un faro luminoso en la tragedia, mostrándonos el camino correcto representado por aquellos que actuaron de éstas formas.
Los que llegaron al lugar de la tragedia antes y se dedicaron con ahínco, tesón y amor al prójimo a socorrer, sin importar el riesgo que corrían, a los necesitados, rescatando de los escombros a muchos que hoy sobreviven.
Todas las personas que vieron la necesidad de agua, refrescos, alimentos, sillas, sombrillas entre todos los familiares de las víctimas y rescatistas y se ocuparon de que no faltara nada para mitigar, palear o saciar dichas necesidades y llegaron hasta a ofrecer sus hombros como consuelo.
No podemos dejar de mencionar a las miles de personas de todas las edades y condiciones sociales, que oyeron el llamado de la urgencia y se presentaron en los bancos de sangre habilitados, para donar, haciendo largas filas, soportando las inclemencias del tiempo, el líquido preciado que serviría para salvar vidas de los necesitados y al final oír decir a las autoridades: "tenemos toda la sangre necesaria y algo más".
Sangre regalada desinteresadamente para socorrer y salvar vidas.
El grandioso personal de rescate sin omitir ninguno, hay tanto que decir sobre ellos y al final nos quedaríamos muy cortos y solo diré:
No todos estamos preparados para serlos, son seres excepcionales.
Hay que tener riñones, temple, corazón, saber aguantar, para cumplir con la norma de soportar 48 horas buscando sobrevivientes, viendo escenas dantescas, pasar una y otra vez por el lado de cadáveres que parecen observar y acusar en rígido silencio, quizás conocido, quizás famoso, quizás parecido a alguien conocido y saber que tenemos que esperar que pase ése tiempo para poder proceder a sacar sus mutilados cuerpos debajo de los pesados escombros que provocaron sus repentinas muertes.
Todos éstos son los héroes verdaderos.
Al final la mayoría serán anónimos.
Me quito el sombrero ante todos.
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