Por Clemente Terrero
Por nuestra condición social, los seres humanos tenemos dos tipos de vida, una pública y otra privada, o sea, una doble vida que no debe ser mal interpretada. Cada una de esas vidas tiene sus características propias que es bueno conocer.
Para entrar en materia, ¿cuál es la diferencia entre la vida pública y la vida privada? ¿Cómo debe comportarse, cuál debe ser la actitud de una persona en ellas? ¿Cómo se debe manejar?
Son algunas de las interrogantes que surgen ante esa problemática de la vida.En primer orden, vamos a hablar de la vida pública, que es la que tiene mayor connotación social y cuáles son las cosas que entraña. De antemano, es bueno decir que la vida pública es la que está a la vista de todo el mundo, la que una persona vive hacia afuera, por medio de ella la gente se vincula en una sociedad.
Una característica importante de la vida pública es la transparencia, donde una persona no debe tener nada oculto, nada que esconder, guardar o temer. Esa vida todo el mundo la puede ver. En la vida pública se deben respetar siempre los valores y los principios de la sociedad, para evitar caer en la boca de todo el mundo y desacreditar su imagen pública.
La vida pública es la que una persona tiene en las instituciones, en los partidos políticos, en las empresas, en las escuelas, en las universidades, organizaciones gremiales, sindicales, comunales, deportivas, en las iglesias, en los clubes culturales.
En sentido estricto, la vida pública no le pertenece a la persona, es de la comunidad, la cual tiene potestad de valorar lo bueno o lo malo, lo positivo y lo negativo sobre su proceder. Sobre la vida pública la gente puede emitir su opinión, siempre y cuando no sea para decir cosas inventadas e infundadas, con el fin de hacer daño.
El que no quiere que la población tenga una mala valoración de su vida pública, tiene que hacer las cosas bien, tratar bien a las personas, hablar bien a la gente, ser honesto, ser responsable, puntual, no tener faltas, cumplir con los compromisos, ser solidario, bondadoso, no ser violento ni agresivo, y un conjunto de cualidades más para lograr tener una vida pública bien valorada, honorable y respetable.
La vida privada es distinta, es la vida íntima, que está limitada únicamente a la familia, padre, madre, pareja, hijos, hermanos. Es la vida del entorno de una persona. A diferencia de la vida pública, la gente no tiene ni debe saber las cosas que ocurren en su intimidad, como se manejan los problemas ni como lo resuelven.
En el mundo de hoy, hay mucha gente que no entiende esa realidad, por eso viven cometiendo errores constantemente, divulgando sus intimidades en redes sociales y no se dan cuenta que se están haciendo daño a sí misma, que su vida va perdiendo valor, porque todo el mundo sabe sus cosas, ya no hay secreto, no hay misterio, no hay curiosidad, nada está oculto, no hay motivación, se pierde el interés.
La vida privada tiene un alto valor en cada individuo, porque en la intimidad se guardan los secretos más grandes de una persona, la información oculta provoca interés, que muchos quieren saber, lo que no se sabe motiva a conocer el secreto oculto, el que se mantiene guardado.
Por eso, toda persona debe cuidar su vida privada, su tesoro más preciado, el que sus adversarios siempre están al acecho tratando de enterarse para divulgarlo, atacar y hacer daño. La vida privada produce morbo, mismo que puede ser utilizado por personas malsanas como chantaje.
No obstante, el artículo 337 de la Ley No.24-97 del Código Penal de la República Dominicana, castiga con penas de prisión de seis meses a un año y con multas, a todos los que atenten contra la vida privada de una persona y sus familiares.
Aunque exista la ley, las personas no deben divulgar su vida privada, porque después que el agua es derramada, resulta imposible recogerla.
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