Por Clemente Terrero
Los hospitales públicos de la República Dominicana tienen una larga historia de crisis que se ha ido acentuando en los últimos años. La causa principal de esas crisis evidentemente es la insuficiente asignación de fondos.
Los hospitales son instituciones estratégicas del Estado, que operan con financiamiento público, no producen bienes materiales, sino servicios. Por eso los gobiernos los han visto siempre como una carga que no tiene rentabilidad.
El neoliberalismo cree que la salud es una mercancía que para tenerla, la persona tiene que comprarla en el mercado; para ellos los hospitales públicos no tienen ningún valor, porque no se corresponde con su lógica en del sector salud.
Los gobiernos han hecho hasta lo imposible por imponer esa política en el sector salud, dejando a los hospitales en el abandono, no le proveen los recursos necesarios para que puedan realizar su función social en condiciones óptimas, evitando escasez, escándalos y descredito.
Parece que este problema va para largo y, mientras exista la mentalidad neoliberal en los políticos dominicanos, que lo que hacen es poner remiendo en el esfuerzo de tranquilizar a la población, la situación se pondrá peor, porque es un problema originario del neoliberalismo, que siembra y produce inequidad.
Con esa política, los hospitales públicos no recibirán nunca los recursos que necesitan, por tanto, no podrán tampoco cumplir cabalmente con su misión social, de brindar salud, es una quimera que no se podrá cristalizar.
Las crisis periódicas que padecen los hospitales públicos, es un tema sombrío que se traduce en deterioro de la atención, en desolación y muertes.
Por eso, en un momento dado, los directores de hospitales, con la intención de hacerle frente al déficit presupuestario que los arropaba, comenzaron a cobrar de forma directa los servicios de salud y le llamaron cuota de recuperación.
El Colegio Médico y sus dirigentes luchamos por décadas para que esa mal llamada cuota de recuperación sea eliminada, porque la salud es un derecho que tiene que ser garantizado por el estado.
En el 2013, el gobierno de Danilo Medina, por fin, eliminó por decreto esa abusiva práctica y fue bien recibida por los gremialistas, pero esa medida no se acompañó de un incremento presupuestario, el cual con todo y cuota, era deficitario.
No obstante, hay que reconocer que la cuota de recuperación era un oxigeno para los hospitales cubriendo parte de los cuantiosos gastos que se generan en esos centros de salud.
Ahora, es posible que la decisión de no reponer el déficit presupuestario provocado por la eliminación de la cuota de recuperación, haya sido parte de la política neoliberal del gobierno de entonces.
La eliminación brusca de la cuota de recuperación no planificada, que afectó sensiblemente el funcionamiento de los hospitales del país, los estranguló y tuvieron que recurrir al endeudamiento para seguir funcionando y evitar su colapso.
La falta de recursos seguirá provocando crisis en los hospitales, cada vez más frecuentes y más intensas, con el consiguiente deterioro de los servicios de salud que brindan a la población dominicana.
*El autor es médico infectólogo, exdirector del hospital Infantil Robert Read Cabral.-
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