Por Dr. Vinicio López
Sobre las atenciones médicas, específicamente a los haitianos, que se ha desbordado insosteniblemente, repito una vez más, que históricamente es una política de Estado. Los médicos y el personal de salud no tienen más alternativa que brindar servicios una vez que llegan al Hospital. Son muchos los mecanismos y las instituciones encargadas de evitar que lleguen a nuestros centros de salud. Ahora bien, no he visto un planteamiento firme de defensa de la explotación laboral de nuestros médicos por una exagerada carga laboral.
En las experiencias de los que hemos sido directores de Hospitales, al paciente haitiano lo tiran en los hospitales sin ninguna disponibilidad de recursos. El Hospital cubre todos los insumos y medicamentos, si hay que transfundir sangre, y hasta comprar la caja y el enterramiento cuando fallecen, en muchos casos.
Totalmente de acuerdo, siempre he estado ligado al campo y a las labores agrícolas. Actualmente, a un haitiano en El Peñón se le paga 500 pesos por una jornada de 8 a 11 de la mañana y otro monto por labores vespertinas. No estoy en desacuerdo con las políticas históricas de Asistencia Social. Pero una familia dominicana que recibe Bono Luz, Bono Gas, Bono Escolar, almuerzo escolar, uniformes, zapatos, libros, cuadernos y lápices, tarjeta Supérate y SeNaSa ilimitado, más botellas políticas en diferentes instituciones del Estado y municipales, ¿para qué va a trabajar?
Las labores agrícolas y de la construcción, si no fuera por los haitianos estaríamos jodidos. En los edificios residenciales de La Capital y otras ciudades, los servicios de vigilancia, mantenimiento y labores domésticas, las hacen haitianos. ESA ES LA REALIDAD pura y no tan simple.
Es tal el parasitismo, que cada año hemos tenido que hacer operativos de descacharrización para limpiar la basura de sus patios.
En adición, una importante franja poblacional vive de las remesas, y otros del micrográfico de drogas.
Para colmo, cuando se enferman o mueren, El Barrilito de los legisladores resuelve también.
Aunque nunca lo he expresado públicamente, solo con mi familia y amigos, ¿tienen ustedes idea qué pasaría cuando La Presa de Montegrande concluya íntegramente? Para cultivar 400 mil muevas tareas de tierra, ¿cuántos haitianos más tenemos que traer y alojar definitivamente en una región como esta, que en cada censo nacional tiene menos habitantes que en el censo anterior?
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