Por Tomás Aquino Méndez
Es una ventaja para un turista, un empresario, un inversionista o un simple visitante, que decide venir a República Dominicana, poder tener disponible un transporte confiable y seguro desde antes de llegar a su destino. Es inaceptable que un ciudadano contacte un transporte y que al llegar al aeropuerto o a su hotel, se le diga que su chofer seleccionado está a un kilómetro de su destino. Es imposible explicar esa absurda decisión en plena era del éxito de la tecnología. Constitucionalmente está prohibido legislar para alguien en particular o un sector determinado.
El país no puede dar ese traspié, que además de golpear directamente a cientos de hombres y mujeres que viven de conducir, respaldados por una de las plataformas que ofrecen el servicio, también repercutirá en las áreas turística y de inversión. Ni a un kilómetro, ni a un metro se puede establecer esa inconstitucional medida que atenta contra el derecho al trabajo de ciudadanos dominicanos y pone en peligro nuestro turismo.
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