14 de junio de 2021

¿El Punto G del Desarrollo Económico?

Estamos en el umbral de un salto importante en el desarrollo económico del país a través del uso de la más avanzada tecnología digital. La RD debe abocarse de inmediato a diseñar una estrategia de adopción masiva del 5G al menor tiempo posible.

Por Juan Llado

La varita mágica del desarrollo de las naciones no se ha encontrado todavía. Hasta ahora ha sido un conjunto único de políticas y circunstancias históricas que lo ha prohijado en una parte del planeta. Sin embargo, con el advenimiento del salto de conectividad que representa la tecnología del 5G, son muchos lo que esperan una revolución productiva y riqueza a borbotones para todos. Tal vez hasta se logre disminuir los niveles de pobreza y desigualdad. De ahí que nuestro país deba poner atención y prepararse rápidamente para ese hito de la conectividad.

Esto así porque el mundo ha entrado de lleno en la IV Revolución Industrial. La primera revolución industrial “marcó el paso de la producción manual a la mecanizada entre 1760 y 1830; la segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa. La tercera llegó a mediados del siglo XX con la electrónica y la tecnología de las telecomunicaciones.” La IV Revolución Industrial, en cambio, “no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital.” “Se basa en sistemas cíber físicos, que combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología, tecnología digital de comunicaciones.” 

Para que esos prometedores avances se materialicen, es preciso contar con la
mayor conectividad posible. Esta se define como “la capacidad de un ordenador, servidor, punto de red o de telecomunicaciones de estar conectado con otro ubicado en diferentes puntos geográficos.” El fundamento básico es la comunicación bidireccional a través del internet. La conexión entre estos componentes es posible gracias a la miríada de satélites de comunicación que orbitan alrededor de la Tierra y que tienen su contraparte terrestre en antenas que cubren un territorio especifico. Estos sistemas son propiedad de empresas de telecomunicación conocidas como “servidores”, las que a su vez se conectan a través de las bandas del espectro radioeléctrico.

De poco serviría esa capacidad de comunicación si la cantidad de información (datos) que intercambiamos es muy limitada y el intercambio es muy lento. Por eso el llamado “ancho de banda” y la “latencia” de la comunicación son tan importantes. El primero se define como la capacidad para transmitir una gran cantidad de datos, mientras la segunda se refiere a la velocidad de la transmisión (la cual mientras más baja más transmite). “La transmisión es digital, lo que significa que los textos, las imágenes y el sonido se transmiten vía "bits" de información. Las tecnologías de transmisión que hacen posible la banda ancha transportan dichos "bits" de manera mucho más rápida que las conexiones telefónicas tradicionales o móviles, incluyendo las conexiones de acceso a Internet de discado tradicional.” 

Con el tiempo, la banda ancha ha evolucionado pasando de la velocidad que “proporcionaba la RDSI con 128 Kbps, y esto dio paso al SDSL, con una velocidad de 256 Kbps. Posteriormente evolucionó, pasando los 25 y 50 Mbps simétricos hasta los 600 Mbps en la actualidad del mundo.” Hoy día, el ancho de banda prevaleciente en el mundo es el conocido como 4G y es este, que pronto será obsoleto con la difusión de la 5G, la cual representa “la quinta generación de las tecnologías y estándares de comunicación inalámbrica.” Con él se logra una comunicación 100 veces más rápida que con el 4G (llegando hasta los mil gygabites por segundo), lo que permite transferir cantidades elevadas de datos con mayor eficiencia. Eso también implica descargas más rápidas y una capacidad para conectar 100 veces más dispositivos, además de comunicación en tiempo real. 

Se espera que la introducción del 5G revolucionará la vida de la gente. La amplia disponibilidad de este ancho de banda también transformará el aparato productivo de cualquier país y facilitará la innovación, la productividad, el crecimiento económico y hasta la inversión extranjera. Una de las capacidades más impactantes será la del “internet de las cosas”, consistente en la conexión de diferentes aparatos y electrodomésticos que podrán controlarse a distancia desde el móvil inteligente. Es predecible que tales conexiones transformen la vida de los hogares. Pero también se manejarán los vehículos sin conductor, los drones y muchos otros tipos de aparatos. 

Un gran beneficio de estas conexiones se dará en la telemedicina, permitiendo realizar operaciones quirúrgicas a grandes distancias mediante el uso de robots. En el campo turístico, la tecnología de reconocimiento facial, dactilar y de voz, permitirá un procesamiento veloz de los pasajeros en los aeropuertos, mientras los pasaportes electrónicos ya están siendo introducidos en algunos países. Esas capacidades de reconocimiento tendrán también un gran impacto en los procesos de la seguridad ciudadana y de los sistemas de votación en las democracias. Por otro lado, la adecuación de las ciudades para que sean “inteligentes”  con el 5G, será un importante reto para evitar que se queden atrás y profundicen la “brecha digital”. 

El 5G está generando una fiera competencia entre Estados Unidos (EEUU), hasta ahora la nación más avanzada en tecnología digital, y China. Esta última nación ya ha desplegado las redes móviles del 5G en su territorio y hace un creciente uso, mientras el mundo occidental acusa un rezago (ver gráfica). Dada la rápida evolución de la tecnología digital en China, existe la amenaza de que sobrepase a EEUU en el campo tecnológico en un corto tiempo, por lo cual EEUU ha hecho intentos de bloquear la difusión del 5G de equipos chinos en otros países. En nuestro continente ya se han desplegado redes de 5G, en etapas diversas, en Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Puerto Rico, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay e Islas Vírgenes.

La mayor amenaza, sin embargo, será quien controle el 5G a nivel planetario. Ese control no solo permitirá a China, por ejemplo, monitorear la inteligencia de Estados Unidos, sino también vigilar a cada persona. Las consecuencias de tal hegemonía son impredecibles, pero no cabe duda de que transformarán el mapa geopolítico a nivel mundial. Solo los imponderables de los ataques cibernéticos, obligados a evolucionar con el 5G, lo ponen en duda.

En nuestro país se están dando los pasos para la introducción del 5G. INDOTEL está ya abocado a enfrentar los retos de introducir la tecnología necesaria a través de su Plan Nacional de Banda Ancha. Además, ha lanzado una licitación para asignar las bandas de 700 y 3,500 Mhz del espectro radioeléctrico, lo cual permitirá el despliegue de las infraestructuras de las redes móviles del 5G. Sería ideal que las infraestructuras y servicios sean suplidos por una empresa de EEUU, pero la licitación actual debe ser de libre competencia y el interés nacional manda que se admita cualquier suplidor que tenga la mejor oferta. Los ganadores de la licitación tendrán la obligación de dotar de infraestructura de redes móviles a las zonas que actualmente no la tienen. De ser posible todavía en el proceso de licitación, parecería conveniente que las redes móviles sean distribuidas entre varias empresas de varias naciones. La licitación tendrá fin en el próximo mes de septiembre y los expertos estiman que para mediados del próximo año el país podría estar experimentando con el 5G en ciertas zonas del país. 

Ahora bien, nuestra adhesión a la iniciativa Red Limpia que patrocina EEUU, nos compromete a excluir cualquier empresa que represente un alto riesgo. La Red Limpia, conformada por 50 países, 170 empresas de telecomunicaciones y otras empresas globales de alta tecnología, deberá “asegurar la infraestructura de las telecomunicaciones y de garantizar cadenas de suministro de tecnologías seguras, basadas en normas confiables de tecnología digital aceptadas internacionalmente.” Las autoridades no han aclarado si eso implica una exclusión de empresas chinas, pero nuestra adhesión a la Red Limpia podría sugerir cual será nuestra inclinación. 

Estamos en el umbral de un salto importante en el desarrollo económico del país a través del uso de la más avanzada tecnología digital. La RD debe abocarse de inmediato a diseñar una estrategia de adopción masiva del 5G al menor tiempo posible. (Eso sería un trabajo que compete tanto a la OPTIC como al INDOTEL, con la guía de los ministerios de Economía y de la Presidencia.) El tiempo dirá si el estímulo del 5G a ese desarrollo será análogo al erotismo que experimenta una fémina cuando se le estimula su elusivo Punto G. De serlo, ¿podría la IV Revolución Industrial abatir la pobreza y la desigualdad?

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