Por Tomás Aquino Méndez
Ya lo dice el refrán “Donde Dios no puso, no puede haber”. Desde antes de llegar al poder, el presidente Luis Abinader habló firme y claro. “Vamos al gobierno a hacer una gestión abierta, transparente, democrática, respetuosa y para todos los dominicanos”. Como el mejor director de orquesta, el Mandatario buscó a los que creyó mejores integrantes de su sinfónica. Confió en que seguirían los acordes trazados por él, como garantía de llevar a cabo su misión y de ser posible, llevar su propósito más allá de cuatro años.
Pero, no siempre un director reúne a los mejores desde el principio. Algunos desafinan en los ensayos, otros llegan a formar la orquesta, pero se salen luego del redil. Por eso se buscan sustitutos mejor preparados y confiables. Abinader ha dado señales de querer que su orquesta no desafine. Que le ayude a cumplir sus propósitos. Sin embargo, como reza otro refrán ”una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”. Algunos de los que ha llevado el Presidente para acompañarlo en su gestión están haciendo que la orquesta suene mal. Es por eso que algunos llamados en principio, ya no están. Otros permanecen, pero dan acordes que crean ruidos en la orquesta.
Hay desafines por las áreas de Educación, algunas gobernaciones, el área legislativa, área de seguro, salud pública, alcaldías y, en fin, músicos que no han acoplado su instrumento. Gente que cree haber llegado al poder solo con votos de la lista de inscritos del PRM. El presidente sabe que no. Por eso insiste en un gobierno “de todos y para todos”. Algunos de sus funcionarios hablan de BARRIDO de todos los empleados públicos no perremeistas, si es así, entonces, los objetivos del director de la orquesta están lejos de ser cumplidos. Se debe acoplar. Silencias algunas voces discordantes y pensar que todos somos dominicanos y para todos gobierna Luis Abinader Corona, así lo dijo antes y después de llegar al poder.
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