Por José D. Sánchez
Cuando armamos un equipo para que realice una función o trabajo, creemos que hacemos lo correcto y que tomamos la decisión idónea.
Un presidente no
tiene la culpa del fallo de una comisión o dirección, a menos que sepa de
antemano que escogió a las personas no calificadas, competentes, aptos,
capaces, “DISPUESTOS”.
Es deshonesto
aceptar responsabilidades a sabiendas que sabemos poco de la materia solo por
ocupar un cargo de importancia, por jefismo, por egocentrismo, sin ser patriota
ni estar listo a servir, sanamente, con amor y dedicación a nuestro país.
El aumentar currículum tiene su época y su edad, a menos que sea por vano orgullo.
He repetido hasta
la saciedad “CON LA SALUD NO SE INVENTA”.
“QUÉDATE EN CASA”,
cuantas propagandas y dinero gastado con esta frase.
Toques de queda
tediosos y que no cumplieron el cometido esperado, tratando de contener a los
más jóvenes para que no fueran a llevar el contagio a sus casas, a sus padres,
a sus abuelos, a los adultos mayores, los más vulnerables a fallecer por el
coronavirus.
Hoy se discute
enconadamente en contra de la educación presencial de los niños, el sector
menos expuesto a morir por el contagio del COVID 19.
Pero, este sigue
siendo un país muy especial.
La vacunación de
los mayores de 70 años se está realizando:
Largas filas,
largas espera, sentados en butacas y sillas incómodas, llegando a pies, en
burros y caballos, en motoconchos, en sillas de ruedas, con muletas, con
andadores, sostenidos por sus familiares.
ES DESCONSIDERADO,
INDIGNANTE.
Mientras muchos,
más jóvenes, están recibiendo vacunación preferencial con todo el confort.
Cuanta
improvisación.
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