16 de junio de 2020

NUESTRAS GLORIAS: MANUEL ANTONIO PELÁEZ (MANÉN)


Por Rafael Matos Féliz

 Antonio Peláez (Manén), vino al mundo en uno de los momentos más cruciales que ha vivido la humanidad, pues al momento de su nacimiento se estaba llevando a cabo la Primera Guerra Mundial. Nació en Barahona el 11 de enero del 1915 y la guerra comenzó en el año anterior (1914). Fueron sus padres los señores Pedro Etecumbert y doña Francisca Antonia Peláez.

Sus primeros años de vida los vio pasar con serias limitaciones políticas, sociales y económicas, pues además de la conflagración mundial, su país, la República Dominicana, fue ocupada militarmente por las tropas norteamericanas, dando lugar a la Primera Invasión y Dominación Norteamericana. Este abominable y repulsivo hecho, ocurrió apenas a un poco más de un año del nacimiento de Manén.

Desde joven, Manén Peláez se preocupaba por las tareas propias de la época: vivir con su familia viendo pasar el tiempo y compartir con los amiguitos los pasatiempos de la infancia. Cuando cumplió los 10 años de edad, el país iniciaba una nueva etapa política, pues las tropas invasoras norteamericanas habían abandonado el territorio nacional, asegurándose antes de irse, de dejar una estructura que se encargue de violar las normas de la decencia y del decoro, y de esta forma los actos de corrupción se convirtieron en el pan nuestro de cada día.

Aunque muchos nacionales se involucraron en esa vorágine, que se continúa hasta la hora actual, Manén, con su juventud a cuestas enarboló siempre el espíritu deportivo.

En aquel devenir, Manén se ejercitaba con casi todos los juegos de niños de la época; carreras, juego de bolas, béisbol, cuyas pelotas eran hechas de trapos e hilos, y otras actividades más. Poco tiempo después, se iniciaba la Tiranía más sangrienta de América: la Era de Trujillo, y para ese entonces el cuerpo juvenil de Manén Peláez se elongaba y su tamaño lo hacía distinguir entre sus compañeros.

La escuela, la vecindad y otros lugares, recogieron las primeras hazañas de Manuel Antonio Peláez, pues sus largas piernas le hacían dominar carreras, saltos y eventos deportivos en los cuales participaba y en los que unas buenas extremidades hacían la diferencia. De esta forma, logró ser el mejor en Salto Alto en la escuela, el mejor en Salto alto en la barriada y el mejor en Salto Alto en la provincia.

Con este historial encima, Manén es seleccionado como representación provincial en la disciplina en la que era dominante para participar en los Primeros Juegos Deportivos Nacionales, que se celebraron en el país en la ciudad capital en el año 1937: estando en pleno apogeo la Dictadura Trujillista.

En ese evento deportivo, el joven Manuel Antonio Peláez (Manén), quien en ese momento tenía la edad de 22 años, se alza con el honor de ganar El primer Lugar en Salto Alto para llegar a coronarse como una de las primeras glorias del deporte de la provincia de Barahona, de la región y del país.

En los últimos tiempos, Manén se dedicaba a la Sastrería y se comenta que sus trabajos de sastrería eran de la mejor calidad; pero poco a poco su vista se le fue apagando y se retiró a su residencia de la ciudad de Barahona y con el peso de sus años, cargó un fardo de penas y olvido que no se corresponden con una de las primeras Glorias del Deporte de la provincia de Barahona. Manén falleció el 26 de febrero del 2007. Sirva pues, este sencillo reconocimiento a este gran forjador del orgullo de los dominicanos.

¡Honor a quien honor merece!

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