Antes de llegar a ocupar el despacho del cabildo, hizo sus promesas en plena campaña electoral. Con su oferta convenció a la mayoría de ciudadanos, que con sus votos le dijeron sí. El pasado 24 de abril lo acompañaron a asumir sus funciones.
Ese día, el novel alcalde JURÓ cumplir sus compromisos y NO FALLAR a su pueblo. A solo dos meses de haber sido posesionado, el joven funcionario municipal ha dado los primeros tres pasos, que han reforzado la creencia de los que votaron a su favor y ayudado a variar a muchos de los que le adversaron, coincidiendo en que, al parecer, no se equivocaron con su selección.
Tenemos confianza en que este es solo el inicio de una gestión que pasará a la historia, no por lo mal que manejará el cabildo, sino por las cosas positivas.
Reordenar el funcionamiento del mercado, construir un nuevo mercado y el drenaje pluvial, son tres anhelados deseos de los hijos de Tamayo. Haber demostrado con hechos que esos compromisos no fueron solo promesas de campaña, abre un camino hacia la confianza ganada por Milciadin y que solo él tiene la responsabilidad de hacer que aumente y eche raíces en una ciudadanía que ha sentido frustración durante muchos años con gestiones anteriores. Pido a mis coterráneos, dar OTRO VOTO de confianza a Milciadin. Dejémoslo trabajar. Acompañémosle en ese tránsito hacia la transformación de nuestro pueblo. Que la politiquería y el rencor personal queden en el pasado.
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