Por Víctor Mateo
En el año 2005, el
profesor de la Universidad Oberta de Catalunya, Federico Borges, presentó y
publicó un trabajo denominado "La frustración del estudiante en línea. Causas y
acciones preventivas", donde mostraba preocupación por la frustración del
estudiante en línea, originada por situaciones problemáticas graves o repetidas,
ya que a su entender hasta entonces no se había estudiado lo suficiente.
Ciertamente, tanto
las autoridades educativas del país, como las diversas asociaciones de padres
y/o tutores, así como los centros escolares y universitarios, deben fijar su
atención en todas las consecuencias psicológicas que trae la migración desde la
presencialidad a la virtualidad. Es decir, se ha ido de la excepción a la
regla, pues nunca se pensó que sucedería de porrazo. Por suerte, gran parte de
las academias ya implementaban programas de forma semipresencial y, en algunos
casos, totalmente virtual.
La educación a distancia
tiene que ser algo más que lo planteado en el texto E-learning y los 7 pecados
capitales, de Javier Martínez Aldanondo, quien escéptico expone que internet y
el e-learning (aprendizaje a distancia) han sido perjudiciales para la
educación y la formación. Agrega que una inmensa mayoría ha visto en el
e-learning el instrumento perfecto para hacer el menor esfuerzo posible,
virtualizar los materiales que ya tenían, ponerlos en la web y hacerlos
accesibles a sus empleados gastando lo mínimo y ahorrando lo máximo. Este
aspecto debe ser visto con lupa. El proceso no debe convertirse en algo
monótono.
El recién citado
autor aclara que no se opone a la tecnología, pues entiende que no es ni el
problema ni la solución de los males que paralizan a la formación y a la
educación. La tecnología es un gran acelerador de procesos y modelos cuando
estos funcionan adecuadamente. En realidad, aprender es algo mucho más complejo
y también más maravilloso. Si fuese tan obvio, bastarían los miles de libros,
cursos y seminarios que surgen cada año y que no son más que una reedición de
los años anteriores. Es por ello que la sinergia y la empatía juegan un rol
sumamente importante.
Estos 7 pecados
capitales hay que tenerlos muy pendientes y verlos con ojos críticos, porque son
de gran utilidad para estar conscientes del proceso evolutivo que plantea el
tiempo. En el tercer pecado, hay una frase que dice una gran verdad: Aprender
ya es una habilidad clave y va a ser LA HABILIDAD clave en el futuro.
En fin, la
educación es más que aprobar asignaturas. No se puede confundir con
intoxicación. En la actualidad, todo el mundo se siente informado. Este proceso
de formación en línea, es sumamente delicado. Procura un reto muy importante
para la generación actual y la venidera. Si se sabe llevar de manera correcta
se fomentará nuevas generaciones útiles. Para quienes les corresponde dirigir
el proceso, sepa que de profesor pasó a tutor virtual y desde ahí la gran
diferencia, pues a éste le corresponde contribuir con un entorno adecuado, bien
comunicado, hacer de este proceso un compromiso empático con quienes reciben
enseñanza. La paciencia es el norte, porque no hay vuelta atrás. Ya esto es una
realidad indetenible.
*El autor es Abogado y profesor universitario.-
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