Alemania empieza muy bien la lucha contra el COVID-19
Berlín.-A finales del
año pasado, mucho antes de que la mayoría de la gente oyera hablar del nuevo
coronavirus que ahora se extiende por el mundo, científicos en Alemania se
pusieron a trabajar para desarrollar una prueba para el virus que provocaba una
inusual enfermedad respiratoria en China central.
“Estaba claro
que si la epidemia se extendía desde allí en China, teníamos que empezar a
hacer pruebas”, dijo Hendrik Borucki, portavoz de Bioscientia Healthcare, que
opera 19 laboratorios en Alemania.
Ese trabajo
rápido contrasta con las demoras y errores en otros países. Acompañado por el
gran número de camas de cuidados intensivos en Alemania y sus medidas iniciales
de distanciamiento social, podría resolver uno de los rompecabezas más
interesantes de la pandemia de COVID-19: Por qué Alemania parece tener una tasa
de mortalidad mucho menor por el virus que sus países vecinos.
Las cifras son
llamativas: Cuando los casos confirmados en Alemania superaron los 71.000, la
cifra de muertos era de 775, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins.
En cambio, Italia ha reportado casi 106.000 infectados y más de 12.400 muertes,
mientras que España tiene más de 96.000 casos, con más de 8.400 muertos.
Francia tiene
cuatro veces más muertos por el virus que Alemania, y Gran Bretaña el doble, a
pesar de que ambos países tienen menos contagios identificados.
Podría haber
muchos factores en juego, pero los expertos dijeron desde un principio que
hacer muchas pruebas rápido había dado ventaja a Alemania.
“El motivo por
el que nosotros en Alemania tenemos tan pocas muertes en este momento, en
comparación con el número de infectados, puede explicarse en gran parte por el
hecho de que estamos haciendo un número extremadamente grande de diagnósticos
en laboratorio”, indicó el virólogo Christian Drosten, cuyo equipo desarrolló
el primer test para el nuevo virus en el hospital Charité de Berlín, fundado
hace más de 300 años para atender a las víctimas de la peste.
Drosten estimó
que Alemania puede hacer ahora hasta 500.000 pruebas por semana.
España, por su
parte, hace entre 105.000 y 140.000 pruebas por semana. Italia hizo unos
200.000 tests la semana pasada, pero eso supone un aumento significativo
respecto a semanas previas.
Aun así, es
posible que Alemania no sea un caso tan anómalo. El hecho de que España e
Italia, que sufren brotes mucho más intensos, hayan hecho menos pruebas indica
que muchos casos leves o asintomáticos no se han identificado. Eso hace que la
tasa de mortalidad parezca peor de lo que hay. Pero Alemania también tiene
casos no identificados, y los expertos señalan que las cifras de todos los
países están por debajo del alcance real de la pandemia.
La mayoría de
los enfermos sufren síntomas leves o moderados como fiebre y tos, que suelen
durar hasta dos o tres semanas. Pero el virus puede matar o causar
complicaciones graves, especialmente a ancianos y personas con problemas médicos
previos.
Asegurar que
esos pacientes enfermos son atendidos de forma adecuada es clave para gestionar
el brote e impedir las muertes.
Y ahí Alemania
también tiene ventaja.
Italia tiene 8,6
camas de cuidados intensivos por cada 100.000 personas, según la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico. En comparación, Alemania tiene
33,9 camas por 100.000 personas, hasta un total de 28.000, una cifra que el
gobierno quiere multiplicar por dos.
Los hospitales
en las zonas más afectadas de Italia están acusando el golpe de atender a
tantos pacientes graves a la vez, lo que aumenta la tasa de mortalidad, la más
alta del mundo.
En cambio, los
hospitales alemanes están en la poco habitual situación de tener camas de sobra
y han aceptado decenas de pacientes de Italia y Francia. Aunque eso permitirá
al personal médico alemán aprender a tratar a los enfermos graves de COVID-19,
también refleja una llamativa confianza en la capacidad del país para gestionar
el brote mientras muchos otros países cierran sus fronteras.
El Instituto
Robert Koch, el centro alemán de control de enfermedades, ha sugerido que las
estrictas medidas impuestas hace casi tres semanas, como cerrar escuelas y
restaurantes, y más tarde prohibir las reuniones de más de dos personas, parecen
haber frenado la curva de contagios.
Los expertos han
lamentado que muchos países tomaron medidas similares demasiado tarde.
Los científicos
que asesoran al gobierno británico dicen que las medidas de distanciamiento
social son necesarias antes de que haya 0,2 muertes por cada 100.000 personas.
Según los datos disponibles, aunque imperfectos, Italia impuso la cuarentena
cuatro días después de alcanzar ese punto, mientras que Alemania lo hizo una
semana antes de llegar a esa cifra.
Las autoridades
insisten en que Alemania sigue en la fase inicial de su brote. Pero el doctor
Sebastian Johnston, profesor de medicina respiratoria en el Imperial College
London, dijo que en teoría, los países que intervienen pronto con medidas
agresivas pueden evitar la oleada de casos que se han visto en Italia y España.
“Tuvimos suerte
de tener mucho tiempo para prepararnos”, dijo la doctora Susanne Herold,
especialista de infecciones pulmonares en el hospital universitario de Giessen.
Su personal lleva semanas instalando nuevas camas de UCI, formándose en el
empleo de respiradores y preparándose para una situación de emergencia.
En medio del
cauto optimismo, algunos advierten que no hay que confiarse.
La canciller de
Alemania, Angela Merkel, que está en aislamiento después de que su médico diera
positivo en el virus, se ha resistido a las peticiones de que suavice la
cuarentena.
Fuente: AP.-
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