
Entiéndanme. No se ha perdido el cariño. El afecto sigue igual. La amistad sincera, no disminuye por un alejamiento momentáneo. En los últimos días hemos tenido que variar la forma de expresar nuestro cariño, respeto y solidaridad con los demás.
Hemos dejado de dar y recibir ese abrazo caluroso que nos identifica y que ha sido recomendado hasta por los propios médicos, como forma de aliviar penas y dolores. La facilidad como se transmite el mortífero coronavirus, ha provocado que cambiemos de hábitos al saludar. Expresivos como somos, con cercanos y lejanos, tenemos que
resistirnos. Para mí, es difícil ver a mis amigos, compañeros de trabajo, mis hijos o mis nietos y no confundirme en un abrazo o estrechar sus manos. Pero, el momento lo amerita. Nos alejamos hoy por el bienestar y la tranquilidad de mañana. Si queremos seguir juntos y en salud, entonces tenemos que asimilar este mandato de los que cuidan nuestra salud: los médicos. Estoy seguro que será una medida momentánea. Mis amigos, mis compañeros de trabajo y mi familia, deben entenderlo. Cuando me extiendan la mano y no la tome, no es por descortesía o altanería, es que quiero seguir un tiempo más entre todos ustedes. Lo del coronavirus, aunque lo vemos como un mal, puede beneficiar a la humanidad a corto plazo. Dios siempre nos da la carga que podemos llevar. Por eso, entiendan mi alejamiento momentáneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.