Por José D. Sánchez
Existió una época no muy remota, en que el único conocimiento sobre cada
dominicano solo existía en los organismos de inteligencia del Estado o en el
confesionario de una iglesia.
Luego pasamos a ser un número, el de nuestra cédula de identidad y electoral, pero también era reducido el círculo con acceso a nuestros desenvolvimientos, pasos y accionar de vida.
Hoy estamos desnudos ante nuestra juventud, por el gran avance tecnológico de que disponen y dominan, hoy todos
A esa juventud deseo explicarle, de forma muy breve, una parte de nuestra historia política de los últimos 40 años.
En 1978 se terminan los tenebrosos 12 años del Partido Reformista y Joaquín Balaguer.
¿Por qué tenebrosos?
Los militantes de izquierda teníamos que echar a un lado los lazos familiares, el amor carnal, las amistades y las instituciones, para que el dolor fuera menor si acontecía nuestra desaparición física, como ocurrió con millares de jóvenes dominicanos que abonaron con su sangre, calles, montañas, ríos, veredas, ciudades y mares.
De muchos, ni sus cuerpos aparecieron.
Del Partido Reformista solo eran aliadas las organizaciones hechas a su imagen y semejanza, FNP de Vincho Castillo, PQD de Elías Wessin y Wessin, PNVC de los veteranos civiles (ex militares) y otros grupúsculos.
El PRD, el PLD, “hermanos siameses” y todos los partidos de izquierda, nunca vislumbraron alianza con esa organización política, más que una vergüenza era una traición a los principios y a la vida, a la democracia y a la Patria, a la ideología y hasta a la genealogía.
Con el arribo al poder del PRD en 1978, se ilusionó la nación y la izquierda se adormeció, pero en ese letargo la somnolencia no fue óbice para que se dividieran, multiplicando los partidos y disminuyendo la cantidad de militantes, sin sumar convencidos y restando desencantados.
En tan solo 8 años de gobiernos perredeistas, con sus yerros y desaciertos, incluyendo la matanza de abril de 1984 y sus luchas internas por el liderazgo, provocaron el ascenso de nuevo al poder del Partido Reformista y su caudillo, 1986 - 1996.
En 1996 todo cambio y comenzó el olvido, el PLD, para su llegada al poder hizo unidad con Balaguer y todas sus impurezas, igual el PRD en el 2000.
Desde ese fatídico 1996 todo está permitido, no existen los principios, no hay ideología, no hay Nación, no hay Patria, solo importa el poder, los puestos, el enriquecimiento ilícito, la impunidad, el jefismo, el mandonismo.
PARA MUESTRA:
Tenemos políticos que con sus denuncias, su antagonismo, sus discursos y escritos en contra de los Vincho y los reformistas, podríamos compilar varios libros, pero hoy por intereses, están afablemente abrazados.
Es fácil buscar todos los denuestos, epítetos, hasta en un lenguaje soez de Hipólito Mejía contra Leonel Fernández, pero hoy son aliados.
JÓVENES DOMINICANOS!
a).- El fraude de la Junta Central Electoral no es cada 4 años, es diario,
con el registro civil, con las declaraciones de nacimientos tardías, con la
expedición de actas de nacimientos y cédulas a extranjeros sin calificar, con
las bodas fraudulentas y con un récord imposible de igualar o romper por ningún
país del mundo, documentos para un solo uso y documentos que caducan cada tres
meses, y hay que pagarlos.
Los acuerdos de partidos tienen que ser refrendados por la JCE, pero nunca los hacen cumplir cuando son violados.
b).- No pueden seguir permitiendo la existencia de partiduchos sin representación, parcelas de particulares y familias, sólo usados como medio de vida y engrosamiento de fortunas.
Igual con miles de ONGs, viviendo del usufructo de la Nación, nuestros impuestos.
c).- Todos los puestos legislativos sólo deben ser ocupados por 8 años, también las direcciones de los partidos.
d).- Tienen que crear sus propios liderazgos, tienen que hacer que se cumplan las alianzas, tratos y pactos.
e).- No confíen en nadie, sin importar la Cruz o la vestimenta, el discurso ni la lisonja, el halago o el talego lleno de oro, las caricias deshonestas o las propuestas indecentes, las cámaras o la fama pasajera y triste.
f).- Ningunas de nuestras grandes epopeyas y acontecimientos históricos importantes, salvo raras excepciones, han sido realizadas por personas mayores.
Jóvenes entre 20 y 30 años casi todos y con menos de 40 TODOS, traten de recordar:
- El lenguaje descompuesto y las malas palabras no consiguen adeptos ni te dan experiencia ni fama, te perjudican.
- Respeta los símbolos patrios y las fechas patrióticas.
EL FUTURO ES DE USTEDES. EN SUS MANOS ESTÁ LA SALVACIÓN DE LA NACIÓN.
Post data: Este escrito será de escasa difusión, porque lesiona muchos
intereses y edades, la mía incluida.
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