Por Rafael Hernández
Espero una mejor
comprensión del fenómeno que se está dando con nuestra juventud tirada al medio
en la plaza de la Bandera y demás espacios; no son solo capitaleños, hay
jóvenes de todo el país, pero nadie anda con un cartel diciendo de qué pueblo
es. No se puede menospreciar este fenómeno, exigiéndoles representación ni
directiva, es una Conciencia Social Colectiva que pocas veces se produce en el
mundo, como en Argentina, cuando los universitarios se lanzaron a las calles con
exigencias hasta entonces inimaginables y pese a la gran represión y matanzas,
su país se fue revolucionando y hoy la mayoría de dictadores y criminales
purgan cárceles.
Francia, donde también en 1968 Charles de Gaulle ejecutó un
genocidio entre los estudiantes y jóvenes que protestaban, y hoy los cambios se
van imponiendo, de manera que a nadie más se le ocurre tomar medidas
dictatoriales o antidemocráticas sin ser obligado a salir del poder
inmediatamente.
Estados Unidos en los años sesenta y setenta con los
Islámicos Negros, Malcon X, The Black Power, el Movimiento por los Derechos
Civiles, el Ecologismo y Feminismo que representaron una novedad tal que
obligaron a producir reformas fundamentales, aunque tuvieron que asesinar al
presidente Kennedy y a Martin Luther King, para acabar con la segregación
racial y posteriormente darle el derecho al voto a los negros.
Este movimiento
juvenil luego se reproduce en Europa y en Oriente y que logra el despertar
de muchos pueblos, caídas de muchas dictaduras y liberación de naciones
oprimidas. Y ninguno o muy pocos tenía una directiva.
En Italia, las Brigadas
Rojas secuestraron al exprimer ministro Aldo Moro y al fracasar las
negociaciones lo asesinaron. En Japón, el Ejercito Rojo realizó hazañas
increíbles. En Uruguay, los Tupamaros asombraron al mundo con sus espectaculares
asaltos y acciones revolucionarias.
Todos esos movimientos cumplieron un papel
social, dinamizaron la democracia e hicieron que las sociedades conquistaran
nuevos derechos y tuvieran democracias más participativas. Así que, no los
menosprecien, hay un despertar, pero no a la antigua, es el fenómenos asociado
a la internet, a las redes, a la era digital de las comunicaciones de alta
velocidad, de la difusión del saber, del predominio de la tecnología. Así que
no quieran que ellos actúen como viejos con viejos moldes desfasados, déjenlos
hacer, que ellos saben lo que quieren, que es lo que queremos todos: Salir de
estos sistemas obsoletos y corruptos y tener un mejor país para todos, y poder
disfrutar de un futuro con inclusión social, política, administrativa, justicia
social, sin injusticias ni privilegios irritantes, entre tantos anhelos de
estos pueblos.
Eso es lo que yo pienso y quiero.
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