Nos han enseñado que, las cosas no son como comienzan, son como terminan. Los ejemplos sobran, de personas que han obrado BIEN durante años y una mala acción los condena para siempre. YO, creo que eso es injusto. No puede ser que una obra ejemplar, la dañe una acción incorrecta. Por ejemplo, Evo Morales cometió, a mí juicio, un error al pretender extender su mandato más allá de los periodos ganados en buena lid.
Eso, sin embargo, no debe opacar los éxitos alcanzados por él en favor de su país, Bolivia. Un hombre humilde, sin grado universitario y trabajador incansable, logró que su país alcanzara un crecimiento de más de 400% del PIB, disminuyó la pobreza de 36.7 a 16.8%, elevó el salario en mil por ciento y redujo el analfabetismo del 22.7% a 2.3. Morales hizo de un país colocado solo detrás de Haití en el mapa de la miseria, uno totalmente distinto. Lo encaminó hacia progreso y la estabilidad.
Por qué entonces sale del poder hacia el exilio y condenado por algunas potencias que tratan de evitar que regrese a su tierra? Primero, porque erró al querer prolongarse en el mando y segundo, porque no se arrodilló a los amos del mundo. No exculpamos a Evo. Cometió sus errores como cada humano, pero revisando su paso por el poder, son más sus logros que sus manchas. Hizo de su país una nación diferente. En su caso no debería terminar como hasta ahora. Debe ser considerado un transformador que emergió de los estratos más humildes de Bolivia al mas alto pedestal, aunque hoy los verdugos históricos de ese país, se frotan las manos por su derrota.
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