Construcción
de un nuevo matadero y un nuevo mercado para Barahona (1)
Por Rafael Matos Fèliz
En los últimos
días se ha dado en el municipio de Barahona, un inusitado revuelo entre la
Alcaldía y otras entidades del Estado, entre ellas, el Ministerio de Obras Públicas
y la Gobernación Provincial. Se habla y se realizan acciones que van en el
camino de construir un nuevo matadero y un nuevo mercado para el municipio.
De primera
instancia, esas acciones aparentemente van en interés de darle solución a
problemas viejos y que han sido parte de las demandas de los grupos sociales que
se interesan por un destino adecuado y
sostenible para el territorio municipal.
Pero entre esas demandas y la concreción de las mismas, ha habido un gran
trecho recorrido.
Para el nuevo matadero,
se ha elegido la zona donde se localizaba el Hotel Oasis, en la carretera que
va hacia el municipio de Cabral, cerca del cruce del mismo nombre. Ese hotel
fracasó como inversión, pues se creyó que con la construcción del aeropuerto
María Montez, toda la zona circunvecina sería de interés para
la visitación turística; lo cual no sucedió. Pero en una jugada maestra, el
inversionista, que tenía relación con gentes del gobierno de Hipólito Mejía, “le
vendió” a la antigua Secretaría de Agricultura, la fallida construcción.
Para el nuevo mercado se ha tomado la zona del “mercadito”, como se le ha llamado a la construcción
que allí se realizó para trasladar a los mercaderes del mercado público,
después del incendio del mismo en el año 1991. Esta, hoy ya antigua construcción,
está próximo a la Avenida Casandra Damirón (la cual funciona como carretera de
entrada y salida al municipio) y próximo también, a las edificaciones del Liceo
Federico Henríquez y Carvajal, donde se albergan dos áreas educativas, una
tradicional y otra técnica.
La construcción
del “mercadito”, también fracasó, debido a que los mercaderes que iban a ser
beneficiados, se negaron a trasladarse a la zona, pues adujeron lejanía del
centro comercial de venta y que dicha obra no tendría capacidad para albergar a
todos los afectados por el incendio. Hoy esa zona, en sus alrededores, se ha
cubierto con decenas de viviendas y de familias.
Ahora, haremos el
papel del “demonio”, con respecto a estas nuevas propuestas y nuevas
construcciones para el municipio. Algunas personas tenemos la costumbre de
tomar como referencia, frente a cualquier intervención en un territorio: Las determinantes históricas, las
determinantes socioeconómicas, las determinantes físico-naturales
y las conductas y formas de hacer las
cosas de las “autoridades”. Esto que señalamos más arriba, lo
aprendimos de lo que en el mundo y en especial, en América Latina y el Caribe,
se denomina Desarrollo Económico Local.
El área del
mercadito reviste una condición especial, toda vez que en la misma se ha
edificado, en forma lenta pero continua, una zona residencial y que su cercanía
a los centros educativos señalados y a la vía de entrada y salida principal del
municipio, pone en alerta a las personas e instituciones que se interesan por un
desarrollo sostenible. Se conoce históricamente, que nuestro ayuntamiento nunca
ha tenido interés en dar solución a la arrabalización, contaminación y desorden
que ocurren en el mercado público, lugar de venta de alimentos que consume la
mayoría de la población municipal.
En el “mercado
público” se hizo un barrio interno e ilegal y el mismo carece de los servicios
básicos (disposición de excrementos, aguas servidas, etc.). Se ve con
frecuencia, que por los alrededores y en la zona del cementerio municipal, aparecen
bolsas y pilas de mierda y de basura por doquier. Las aceras, calles y áreas de
los alrededores del mercado, son usadas sin ningún tipo de control por parte de
las autoridades. Lo cual imposibilita el acceso y el tránsito por la zona.
Los alimentos se
exhiben mayormente en el suelo y en áreas antihigiénicas.
Existen bares para
consumo de bebidas alcohólicas, y las malas lenguas hablan de venta de
servicios sexuales en la zona. Dadas estas realidades del actual mercado del
municipio, nos preguntamos: ¿Son esas “las buenas prácticas de mercado”, que
nos ofrecen con un nuevo mercado en un área residencial y cercana al mayor
tránsito vehicular y a la mayor zona de educación media y técnica del
municipio?
Continuaremos.
Rafael Matos Féliz
Por el Desarrollo
Sostenible
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