No lo podía creer. Cinco propietarios de
lavaderos de vehículos la emprendieron ayer contra la decisión de las
autoridades de racionar el uso del agua potable. Alegando que era “su medio de vida”, esos ciudadanos razonaban pensando en el HOY, ignorando el MAÑANA. Igual postura adoptaban lavadores ambulantes ubicados en las proximidades del Faro a Colón, en calles y avenidas de la ciudad. Amparados en la nueva carrera de “padre de familia”, estos ciudadanos afirman que no dejarán de lavar autos, porque es de ahí que mantienen a la
familia. No aceptan que vivimos una grave sequía y que la misma no tiene un culpable directo. Admitamos que no todos los dominicanos tenemos la misma responsabilidad, cierto, pero la escasez llegó y es una realidad. Los gobernantes, los depredadores de bosques, los extractores inconscientes de materiales de los ríos, son más responsables que muchos de nosotros. Pero al final, todos somos responsables por omisión e indiferencia. Hoy sufrimos por esto. El momento es grave. Si la crisis se agudiza, no serán solo cuatro días que los lava-carros dejarán su labor, tendrán que abandonar el oficio, tal vez definitivamente, si el agua sigue escaseando y las lluvias no nos favorecen.
Estamos en emergencia. Aceptemos las restricciones HOY y unámonos en una campaña para cuidar ríos y bosques, para evitar que nos falte el agua mañana.
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