Por Alejandro Santana
Con esto quiero parodiar a un
ilustre pensador, filosofo, político y ensayista llamado José Ortega y Gasset,
quien acuñó una frase muy célebre que todos conocemos.
Yo Soy yo y mis Circunstancias,
dejando en claro que el hombre siempre se coloca donde las “Circunstancias” lo
sitúen.
Yo, que pretendo ser un
observador imparcial de las circunstancias, de todos, de las mías y de las de
usted, me atrevo a parodiar ese pensamiento positivo de un hombre estudioso de
las situaciones políticas, culturales y racionales, del momento político
que nos toca vivir.
Actualmente, todos nos definimos
como imparciales, honestos, éticos, solidarios e identificados con las causas
de los demás, pero nos colocamos donde nuestras ambiciones nos den
beneficios particulares.
Es posible que haya un libre
“Albedrío”, el que nos permita escoger a nuestra manera de ver las cosas y que
hasta en las promesas Divinas está establecida tal prerrogativa.
¿Pero hasta dónde nos
condenaríamos si escogiéramos lo que está establecido de antemano como lo
correcto o incorrecto? Ahí nos tropezaríamos con un concepto filosófico
establecido por Ortega y Gasset: Yo soy yo y mis circunstancias.
Lo entiendo de ese modo, porque
si nos vamos a nuestro libre albedrío establecido en las promesas cristianas de
escoger lo que las religiones entienden como correcto, nos “Salvaríamos”,
pero si nos apegamos al concepto de Ortega y Gasset, Yo y mis Circunstancias,
de seguro que nos condenarían (no nos condenaríamos).
A los grandes hombres, esas
circunstancias de que habló Ortega y Gasset, los colocan siempre
justamente en el devenir circunstancial de la realidad, pero una realidad
ajustada a normas y principios nobles, no a ambiciones personalistas y no en
sus propios conceptos. Yo soy yo y mis ambiciones.
Ambiciones que siempre surgirán
de la necesidad de llegar a alcanzar poder político, beneficios económicos y
otras tantas prebendas que ante los ojos de quienes lo siguen, resultan odiosas
y molestosas.
Me explico: Soy pensante, ético,
moral, coherente y hasta honesto, pero las circunstancias, mis circunstancias,
siempre me colocan del lado de los beneficios personales, del dinero del
poder, aun hiriendo las circunstancias reales donde los que nos siguen
quisieran vernos.
Aterrizando, y dejando por un
momento el concepto de perspectivas y circunstancias, me atrevería a asegurar
que en esta sociedad estamos llenos de ambiciosos, trepadores,
engañadores, simuladores y falsos pensadores de las doctrinas del bien común.
Armamos un proyecto,
supuestamente social, ajustado a las circunstancias de vulnerabilidad de las
mayorías, pero en el primer momento lo vendemos al poder político, a los mismos
que nos tienen sumidos en esas vulnerabilidades que hemos visualizado y hemos
tomado como norte.
O sencillamente nos codeamos con
los tradicionales enemigos de las clases vulnerables y hasta nos
tomamos fotos abrazados con ellos, en demostración real de que sólo hemos
sido los simuladores que hemos exhibido pensamientos de vida de seres extraordinarios
y los desvirtuamos.
Yo soy yo y mis Circunstancias,
de ese ilustre pensador de la corriente del Perspectivismo como José Ortega y
Gasset, lo desvirtuamos con nuestras acciones y manifestaciones, dejando salir
con mis maneras y manías, mis verdaderas circunstancias y preferencias: Yo soy
yo y mis ambiciones (el retrato de algunos falsos lideres).
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