Hermanos,
es muy fácil apartarse del camino, más aún en tiempos como los que se
viven hoy día, en los cuales la inversión de la escala de valores, el
oportunismo, la ambición, la envidia, la competencia social estúpida y
las concepciones erróneas de la felicidad, están cambiando nuestra
cultura y nuestros códigos de vida.
Cuando
me expreso de esta manera, generalizo para presentar la corriente como
un mal de nuestros tiempos, en que, paradójicamente, las redes sociales
nos ponen en un contacto más cercano,
pero a la vez nos separan y nos
dividen en lo esencial, aflorando falsos estereotipos y escenarios de
vida, maquillados por el deseo de notoriedad, reconocimiento social, y
dominación.
Nuestra
generación está siendo transformada y sustituida, estamos perdiendo
herramientas valiosas como valores humanos, éticos, morales, sociales y
hasta cristianos. Debemos volver a nuestras raíces, a nuestra
formación de origen y rescatar los fundamentos que hicieron grande
nuestra generación.
El
desarrollo no es malo, debemos aceptar los avances del mundo y de la
ciencia, pero jamás renunciar a lo que somos. Nuestra esencia es ser
gregarios y eso implica vivir en comunidad y en valores, bajo normas y
principios que permitan una convivencia sana, justa y equilibrada.
No
olvidar jamás que no vales por lo que tienes sino por lo que eres ,
porque al olvidar este principio distorsionamos la visión del mundo y
valoramos cosas que no se lo merecen y despreciamos otras de valor
fundamental para nuestra convivencia en comunidad y nuestra felicidad
plena.
Defender
la vida, luchar por el amor, ser íntegros, honestos, trabajar, luchar,
fomentar la paz y la concordia, tener compasión, ser solidario, no ser
egoista, tratar a los demás como te gustaría ser tratado, y sobre todo, NO te creas superior por más poder que tengas, ni menosprecie a un
hermano por razones sociales, raciales y económicas...Feliz dia a todos.
*El autor es médico cirujano.-
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