
Por Dr.
Eliscer Guzmán
New York.- Me interesó extremadamente un artículo escrito en una revista muy
prestigiosa de Estados Unidos sobre el efecto letal que tiene la soledad y el
aislamiento social, que aunque frecuentemente se usan como sinónimos, los
expertos los consideran entidades de comportamientos diferentes.
Encontré interesante saber que la soledad es tan común en jóvenes como en
adultos por encima de 65 años (yo pensaba que los ancianos eran más solitarios)
e igualmente quedé sorprendido de saber que aunque las fiestas navideñas son
mencionadas
como la época del año donde hay más aislamiento social, depresión y
por ende soledad en ambos grupos (viejitos y jovencitos), los envejecientes se
sienten más solos y se aíslan más en los meses de verano.
Independiente de estos datos que me parecieron curiosos al igual que
interesantes, lo que sí está claro en todos los estudios donde estos dos
comportamientos se analizaron, es que ambos son indicadores de trastornos de
ansiedad, depresión, y peor aún, pueden ser indicadores tempranos de la
enfermedad de Alzheimer, ya que se han encontrado en múltiples estudios de
resonancia magnética cerebrales, depósitos de amiloide en la zona cortical del
cerebro, hallazgo típico de pacientes con o a riesgo de desarrollo de la
demencia resultante del Alzheimer.
Como si esto fuera poco y probando una vez más la relación cerebro corazón, el riesgo
de sufrir enfermedad de las arterias coronarias es 2 veces mayor, al igual que
padecer accidentes cerebrovasculares, insomnio y muerte prematura. La
prevalencia del aislamiento social y la soledad se ha mantenido en un 10% en
los Estados Unidos y en Inglaterra por los últimos 50 años.
Intervenciones como la compañía de perros u otras mascotas, participación en
actividades de voluntariados, o en otras palabras, "mantenerse
ocupado", ha sido una de la más recomendada, pero no hay suficientes datos
científicos para recomendarse en todos los casos, dado la complejidad de estos
fenómenos de aislamiento social.
La presencia y la compañía humana, no solo obvian estos riesgos, pero tal vez más
importante, se traducen en un aumento en la calidad de vida extraordinario en la
pareja que recompensa todas las dificultades típicas de la vida en pareja.
En nuestra
comunidad los que manejamos y tratamos muchos latinos, entendemos que los
pacientes jóvenes y envejecientes nuestros han encontrado una solución por lo
menos temporal y específicamente para diciembre: retorno masivo para nuestros
países y el reencuentro con nuestros amigos, familiares y el disfrute de las
interminables fiestas que nos hacen sepultar y olvidar por completo el
aislamiento y la soledad, aunque sea una vez al año, de estas complejas y
estresantes ciudades.
Hasta ahora
nos está funcionando bien y más importante, nos recarga de energía y actitud
positiva para encarar las vicisitudes del año venidero. Felicidades y allá nos
vemos!!
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