La Cámara de Diputados terminó la primera etapa
del llamado Foro Legislativo para el Desarrollo en las provincias de la
región sur con una histórica sesión extraordinaria en la ciudad de
Barahona, convertida en sede de ese importante poder del Estado el
pasado viernes.En estos foros, autoridades y sociedad civil expusieron al presidente de la cámara y a los legisladores de cada una de las jurisdicciones donde fueron celebrados, las iniciativas y necesidades de la región que integran las provincias San Cristóbal, Peravia, San José de Ocoa, San Juan, Elías Piña, Bahoruco, Independencia, Pedernales y Barahona.
No ha sido casual que ese cuerpo legislativo, bajo la dirección, ahora, del diputado Rubén Maldonado, haya escogido esta región para impulsar, desde el Congreso, iniciativas de desarrollo para una zona que registra los más altos índices de desarraigos de sus habitantes por la falta de oportunidades.
En la inmensa mayoría de los casos, los jóvenes que emigran de esos pueblos a estudiar a la capital, principalmente en la UASD, tras graduarse buscan empleos aquí en Santo Domingo o en los polos turísticos que se han convertido en meca del empleo en el país, principalmente Punta Cana, Puerto Plata y La Romana.
Este desarraigo por la falta de oportunidades para el empleo digno, es lo que convierte a esa gran masa de la población que se ve obligada a abandonar la patria chica, sus pueblos, en lo que se puede denominar como exiliados económicos en su propio país. Pero bien, las pretensiones del presidente de la cámara baja parecen ir aparejadas con las buenas intenciones del presidente Danilo Medina, cuando afirma que "ha llegado la hora del sur", aunque ese "time" no se alcance a ver en lontananza.
Además de la explotación turística de Pedernales, con lo que sus habitantes sueñan, sueñan y sueñan…, está pendiente la construcción de la presa de Monte Grande, conjuntamente con el aprovechamiento del Lago Enriquillo, con su exuberante belleza, para poner solo un ejemplo.
Las provincias del sur cuentan con riquezas naturales sin explotar que de por sí se constituyen en su aval, en su garantía para que los grandes inversores extranjeros, y locales también, se interesen por desarrollar proyectos de envergadura que, lógicamente, traerían riquezas a la región a través de la generación de miles de empleos.
O sea, que los pueblos del sur no están regateando nada. Solo se necesita del impulso decidido del Estado, con el apoyo de su gente, para que el Sur se levante de ese letargo. ¿Por qué se ha perdido tanto tiempo para que los gobiernos logren entender esta situación? ¿No lo sabemos? Claro que sabemos que las autoridades designadas y las electas, así como las organizaciones de la sociedad civil, junto a los partidos políticos en nuestros queridos pueblos sureños, han sido cómplices de una gran apatía y desinterés para forzar a los distintos gobiernos a que miren de verdad las falencias de nuestra gente, donde la ignorancia los lleva a un conformismo casi perenne.
Se avista a lo lejos nuevos anuncios, reiterados por cierto, de la puesta en marcha de proyectos que hace años pudieran haber estado convertidos en fuentes permanentes de impulso al desarrollado de las diversas actividades económicas, de una región que espera con ansias aunque sea un poco de luz al final del túnel.
Esperemos los días…el Sur sigue esperando.
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