Los nuevos "dueños" de los hoteles estatales
Santo Domingo.- Son 19 hoteles diseminados en
distintas provincias del país. Su construcción data de la época en que los
dominicanos vivían su peor dictadura, la de Rafael Leónidas Trujillo Molina, de
quien algunos investigadores plantean que los construyó para tener una casa a
donde hospedarse cuando se trasladaba por las distintas zonas del territorio
durante los 31 años que lo gobernó (1930-1961).
Entre los nuevos “dueños” de los hoteles estatales
hay empresarios nacionales e internacionales, comunicadores y políticos de
distintos partidos.
Los hoteles
Uno de los más viejos y emblemáticos hoteles del
Estado es el Jaragua, inaugurado el 17 de agosto de 1942. En su época fue el
principal espacio para las actividades de la sociedad capitalina y a la fecha compite
con grandes cadenas hoteleras internacionales en el Distrito Nacional.
Su administración pasó a manos privadas mediante un
contrato de arrendamiento por 30 años, firmado el 20 de junio de 1984. El
Estado, a través del Ministerio (entonces Secretaría de Estado) de Turismo,
cedió su administración a la compañía Transamerican Hotel & Casinos S. A.
representada por su vicepresidente, Edmon Felipe Elías Yunes (ya fallecido).
La empresa debía hacer reparaciones en el hotel por
RD$15.0 millones, pagar una mensualidad de RD$60,000 (precio a ser renegociado
cada diez años), más un 10% anual de los beneficios del casino de juego y
asumir el 50% del costo de liquidación de los empleados, unos RD$219,998.97.
Ese acuerdo tiene cuatro adendas, incluidas dos con
apenas un mes y cinco días de diferencia, con las que se fue modificando el
monto de arrendamiento hasta los US$55,000 mensual que paga en la actualidad,
más los US$32,000 del casino de juego. Con las adendas también se extendió el
tiempo de arrendamiento hasta el 2034.
Otro de los grandes hoteles del Estado es el Matúm,
en Santiago, arrendado al Grupo P&M por 30 años, a cambio de una
mensualidad de RD$70,000.
En la actualidad, cuatro hoteles quedan en manos
del Estado, dos de ellos: El Naranjo y el San Cristóbal, están prestados a
Infotep y al Ministerio de Turismo para fines educativos. Otro, el Villa Suiza,
en Sabana de la Mar, está en medio de un proceso de licitación para arrendar su
administración, luego que el Gobierno invirtiera unos RD$47.0 millones en su
reconstrucción.
El otro, el hotel Montaña, en Jarabacoa, está
abandonado y deteriorándose. En 2007, Corphotels lo arrendó a la empresa
Pareatis S.A, propiedad del empresario artístico José Félix Cabrera Castillo,
quien tendría su administración por 35 años, pero tras denuncias porque se
entregó sin concurso público, un tribunal anuló el contrato.
Impacto en el sector
La industria del turismo en la República Dominicana
cuenta en la actualidad con 75,000 habitaciones y se espera que termine este
2017 con cerca de 80,000, según las proyecciones de la Asociación de Hoteles y
Turismo de la República Dominicana (Asonahores). El año pasado, el turismo
movió en el territorio nacional unos 5,959,347 visitantes, reporta el Banco
Central. Su aporte a la economía nacional se estimó en US$6,500 millones en
2016.
De los hoteles estatales no se conoce su aporte
exacto en el sector. Bienvenido Pérez, director de Corphotels, dice que están
en proceso de retomar los informes estadísticos que cada arrendatario debe
ofrecer según el contrato.
Cita el caso específico de los hoteles Cayacoa y
Cayo Levantado, en Samaná, en manos del Grupo Piñero, que recibe un promedio de
121 mil visitantes al año. No está seguro, pero refiere que dichos hoteles
generan alrededor de 2,000 empleos.
Corphotels no tiene asignación en el Presupuesto
General del Estado. Del arrendamiento de los hoteles cubre su nómina, que según
su director, es de unos RD$2.0 millones mensuales. De eso también sale el
dinero que invierten en los hoteles que requieren alguna reparación.
“Estamos haciendo gestiones a ver si nos incluyen
aunque sea la nómina en el Presupuesto, pues es muy poco, y a veces el margen
es muy estrecho. Es haciendo malabares que salimos para extender lo poco que
nos entra”, se queja Pérez.
Razón de ser
En 1954, mientras el entonces secretario del
Tesoro, Julio Rocha Báez, inauguraba en Constanza el hotel Nueva Suiza,
explicaba en su discurso que las edificaciones eran parte un programa concebido
por el “Jefe”, que entendía que para motivar al capital privado “el Gobierno
debía efectuar la construcción de grandes obras que, por su envergadura no era
capaz de realizar aquel, a menos que no entreviera un amplio beneficio
pecuniario”.
“Pero lejos de querer convertir al Estado en un
empresario privado, estas obras, una vez construidas y puestas en
funcionamiento, han sido transferidas, a base de facilidades, a particulares,
para que se hagan cargo de su propiedad y administración”. Así lo recoge una
publicación sobre la inauguración del hotel que hizo el periódico El Caribe en
su edición del 20 de junio de 1954.
Luis Simó, director para Asuntos Internacionales
del Ministerio de Turismo, entiende que la construcción de los hoteles
estatales jugó un rol muy importante en el desarrollo de la hotelería del país.
“Hay que decir que una parte importante del
desarrollo del turismo está ligado a Trujillo, que contribuyó al desarrollo
local e internacional, aunque sus motivos fueran políticos y personales”,
comenta Simó.
Bolívar Troncoso, especialista en turismo, plantea
que si bien Trujillo construyó grandes hoteles, los tuvo a su servicio y el de
su séquito como estrategia geopolítica de control del territorio. En cada uno
el tirano tenía una suite presidencial.
Tomado de Diario Libre.-
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