8 de octubre de 2017

EXPRESIONES

¿Dónde están?
 
Por Tomas Aquino Méndez
¿Donde están?A propósito de la desaparición, de la misteriosa desaparición de Pedro Alejandro Castillo Paniagua, me viene a la mente recordar algunas figuras que, sin que sus casos fuesen aclarados o sus cuerpos encontrados, siguen “desaparecidas”. Y no vamos a hablar de las miles de desapariciones que ocurrieron durante la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo. 

De esos no cabe dudas de que la mayoría fue asesinada por los militares al servicio del dictador y sus
cuerpos entregados como alimento a los tiburones, algunos, los menos, sepultados en lugares que hoy aun se desconocen.

Tampoco hablaremos de los “desaparecidos” en los gobiernos de los primeros 12 años del doctor Joaquín Balaguer. Muchos corrieron la misma suerte de los adversarios de Trujillo. En esa etapa se siguió el mismo modelo de la tiranía, incluso, con muchos de los mismos actores.

Pero en esta etapa se han producido desapariciones que el país ha reclamado y sigue esperando respuestas. Debemos aclarar que, aunque se trata de figuras desaparecidas, no todos los casos guardan relación. 

Muchos quisiéramos saber qué pasó finalmente con Narciso González. Se “esfumó” tras un discurso inofensivo, en el que solo se limitó a cuestionar el triunfo electoral del doctor Balaguer, algo que habían hecho decenas de ciudadanos después de cada victoria del líder reformista, incluidos muchos que luego lo declararon PADRE DE LA DEMOCRACIA.

Otro caso que sigue en los archivos, es del experto buceador y extraordinario oficial de policía, Dante Lino Galán Marte. Pocos creen que murió ahogado, nadando en las proximidades de San Pedro de Macorís, como se dijo entonces. A Galán Marte muchos lo mencionaron como un futuro jefe de la Policía en ese momento. 

Nadie olvida la forma “misteriosa” como desapareció el ex teniente de la Policía, Fernando de los Santos, conocido como “La Soga”. Contrario a Galán, a este se le implicó en una serie de hechos relacionados con torturas, maltratos y acciones delictivas.

El más reciente y escandaloso es el de Castillo Paniagua. Ninguno de los cuatro que he citado guarda relación entre sí. Pero todos han despertado las alertas de la sociedad por las figuras involucradas y el rol jugado en cada caso. Pero el último, por implicar jueces, fiscales, médicos, custodias y familias, debe ser un CAMPANAZO que no debe dejar de resonar, hasta que el país conozca el más pequeño eslabón de la cadena armada para esta TRAMA-BURLA a la sociedad.

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