24 de septiembre de 2017

Vi a Trujillo y me dio 5 Pesos



Por Ramon Dandrade

Vi a Trujillo y me dio 5 Pesos….En el año 1959, fueron terminadas las obras con que fue beneficiada la Provincia de Barahona por el Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, Primer Maestro de la República y Restaurador de la Independencia Nacional. Así había que llamarle en todos los actos cual sea, que
él se presentaba. Se trató de la Avenida Enriquillo y el hotel Guarocuya, cuyas obras dieron un inmenso cambio al turismo de nuestro pueblo.

Recuerdo que ese día, llegó el Yate Angelita trayendo al Presidente Trujillo y su comitiva. Todo el mundo se dirigió al muelle, cuando se alcanzó a ver el lujoso yate asomarse por el curro, yo también fui al muelle, pues quería ver a papá Trujillo, como los llamábamos todos los niños en ese entonces o sea nosotros los muchachos, los viejos le llamaban compadre. La llegada de ese barco o yate fue algo sin precedente, para mi era la primera vez, desde mi conocimiento, que el Jefe llagaba a Barahona y eso dio lugar a ver tantas gentes juntas de todos los ámbitos sociales. 

Recuerdo que eran como las once de la mañana cuando terminó de atracar el Yate, todo el mundo gritaba viiivaaa Trujiiiiillooooo, viiiiiivaaa el Jefe, todo el mundo tenía que expresarse así, hasta sus más acérrimos enemigos, ya que era una oportunidad de desviar a los calieses, mentirosos, limpia polvos. Después que el Yate atracó y fue amarrado, pasó como media hora para hacer su aparición el Jefe, cuando este se presentó en la escalinata del Yate, toda la gente se desbordó hacia El.

Recuerdo que varias personas, por la algarabía, cayeron al agua, hasta un viejo de edad avanzada, lo que dio lugar que tuvieron que tirarse a sacarlo varios marinos del Yate, entonces Trujillo los mandó a buscar dándole a cada uno cinco pesos y felicitarlos por su amor a El. No solamente a los que cayeron al agua le regaló dinero, sino a muchas personas más.

Ya que muchos niños, entre ellos estaba yo que salí agraciado con cinco pesos. Cuánto dinero en aquel tiempo. Figúrense, mi mamá ganaba $15.00 pesos mensuales, ya que ella trabajaba en el Casino Country Club, que quedaba al lado de la aduana y también llegó a ser en un tiempo casa de estudios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Después de aquel recibimiento esplendoroso, Trujillo bajó la escalinata del barco y se montó en su convertible negro para dirigirse a cortar la cinta que dejaría inaugurada la avenida y el hotel Guarocuya.

Todo el mundo lo siguió hacia donde estaba la famosa cinta, por supuesto que yo no me quede atrás. Recuerdo que habían hecho un puente de caña con muchos adornos y fotos del jefe, con un letrero bien grande dándole la bienvenida (frente donde está situado hoy el hotel Caribe), en el sitio donde estaba la cinta para ser cortada por el jefe. Al momento del Jefe llegar, inmediatamente la banda de música empezó a tocar era gloriosa, una de las piezas favoritas del Generalísimo.

Después de terminada la danza, empezó inmediatamente el Himno Nacional, poniéndose todo el mundo en atención hasta terminar dicho himno, para dar paso a los discursos de las autoridades, comenzando el gobernador. Después de todo este protocolo, todo el mundo se dirigió al hotel Guarocuya, que también fue inaugurado, para presenciar una exhibición de bellos y costosos carros que estaban en la explanada del frente de dicho hotel, o sea, para el lado del mar. 

Habían cientos de carros de todos los colores, tamaños y precios (cuando se construyó el hotel la explanada tenía aproximadamente 50 metros de largo distantes de la orilla del mar, hoy en día apenas tiene diez, esto ha sido a causa de que el mar ha ido tomando terreno poco a poco y a conocimiento de las autoridades que no han hecho nada por evitar que el mar, con el tiempo, termine por derrumbar lo que fue en su inauguración el Hotel Guarocuya).  

Recuerdo también que hubo un gran desfile de yola, todas pintadas de blanco y llenas de la Bandera Dominicana y del partido Dominicano, o sea, el partido de Trujillo, el único en ese tiempo. Las yolas iban amarradas una de otras o sea en cadena con la que iba delante, que era la única que tenia el motor para halar las demás que era la que todo el mundo tenia fijada la mirada, esta era capitaneada por un joven llamado Ricardo Bello hijo (Chon), fallecido, Coronel y Jefe del Cuerpo de Bomberos por muchos años.

En esa yola o sea la primera, iba un joven cantante que tenía una voz de tenor, en la cual estaba parado, agarrado a una soga amarrada a la punta de la yola, Estas (las yolas) iban dando vueltas, o sea, formando un circo frente al hotel. El nombre del cantante, me imagino, no estoy seguro, pero si recuerdo que en ese tiempo estaba en la moda Rafael Vásquez, cantante mejicano. Este,  elegantemente vestido de blanco y cantando en un tono de voz que todo el mundo escuchaba nítidamente la canción de moda de ese entonces.

Voooolaaaareee, oooooh ooooooh y cantareeee, ooooh de azul pintado, de azul volando, entre nubes de tul; en las otras yolas iban otros artistas que hacían el coro pero no tenían tanta fama como Rafael Vásquez. Ese día puedo afirmar que fue recordado por todos los Barahoneros de las distintas generaciones que pudieron ver aquel espectáculo tan bello, ya que por todos lados y rincones de Barahona se escuchaba la canción Volaré por muchos días.

En la noche, la sociedad, o sea los ricos y amigos del Jefe, le ofrecieron un baile con la gran Orquesta Santa Cecilia, traída desde la Capital para ese gran homenaje. Esa fiesta duró hasta el amanecer, donde se rumoró que Trujillo fue llevado por sus escoltas en brazos de amigo por el jumo que se dio. Al otro día, a la partida del yate Angelita de vuelta hacia Santo Domingo con el Jefe y su comitiva, todo el pueblo se dirigió al muelle a despedirlo con muchos vítores, pero también me imagino que muchos de los enemigos deseaban que dicho yate no llegara a su destino, sino que se hundiera a mitad de camino y no encontraran al tirano.

Cortesía de El Birán NY.-

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