Por Ramon Dandrade
En el año 1959,
fueron terminadas las obras con que fue beneficiada la Provincia de Barahona
por el Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la
Patria y Padre de la Patria Nueva, Primer Maestro de la República y Restaurador
de la Independencia Nacional. Así había que llamarle en todos los actos cual
sea, que
él se presentaba. Se trató de la Avenida Enriquillo y el hotel
Guarocuya, cuyas obras dieron un inmenso cambio al turismo de nuestro pueblo.
Recuerdo que ese día,
llegó el Yate Angelita trayendo al Presidente Trujillo y su comitiva. Todo el
mundo se dirigió al muelle, cuando se alcanzó a ver el lujoso yate asomarse por
el curro, yo también fui al muelle, pues quería ver a papá Trujillo, como los
llamábamos todos los niños en ese entonces o sea nosotros los muchachos, los
viejos le llamaban compadre. La llegada de ese barco o yate fue algo sin
precedente, para mi era la primera vez, desde mi conocimiento, que el Jefe
llagaba a Barahona y eso dio lugar a ver tantas gentes juntas de todos los
ámbitos sociales.
Recuerdo que eran como las
once de la mañana cuando terminó de atracar el Yate, todo el mundo gritaba
viiivaaa Trujiiiiillooooo, viiiiiivaaa el Jefe, todo el mundo tenía que
expresarse así, hasta sus más acérrimos enemigos, ya que era una oportunidad de
desviar a los calieses, mentirosos, limpia polvos. Después que el Yate atracó y
fue amarrado, pasó como media hora para hacer su aparición el Jefe, cuando este
se presentó en la escalinata del Yate, toda la gente se desbordó hacia El.
Recuerdo que varias
personas, por la algarabía, cayeron al agua, hasta un viejo de edad avanzada, lo
que dio lugar que tuvieron que tirarse a sacarlo varios marinos del Yate,
entonces Trujillo los mandó a buscar dándole a cada uno cinco pesos y
felicitarlos por su amor a El. No solamente a los que cayeron al agua le
regaló dinero, sino a muchas personas más.
Ya que muchos niños, entre
ellos estaba yo que salí agraciado con cinco pesos. Cuánto dinero en aquel
tiempo. Figúrense, mi mamá ganaba $15.00 pesos mensuales, ya que ella trabajaba en
el Casino Country Club, que quedaba al lado de la aduana y también llegó a ser
en un tiempo casa de estudios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Después de aquel recibimiento esplendoroso, Trujillo bajó la escalinata del
barco y se montó en su convertible negro para dirigirse a cortar la cinta que
dejaría inaugurada la avenida y el hotel Guarocuya.
Todo el mundo lo siguió
hacia donde estaba la famosa cinta, por supuesto que yo no me quede atrás.
Recuerdo que habían hecho un puente de caña con muchos adornos y fotos del jefe,
con un letrero bien grande dándole la bienvenida (frente donde está situado hoy
el hotel Caribe), en el sitio donde estaba la cinta para ser cortada por el
jefe. Al momento del Jefe llegar, inmediatamente la banda de
música empezó a tocar era gloriosa, una de las piezas favoritas del Generalísimo.
Después de terminada la
danza, empezó inmediatamente el Himno Nacional, poniéndose todo el mundo en
atención hasta terminar dicho himno, para dar paso a los discursos de las
autoridades, comenzando el gobernador. Después de todo este protocolo, todo el
mundo se dirigió al hotel Guarocuya, que también fue inaugurado, para
presenciar una exhibición de bellos y costosos carros que estaban en la
explanada del frente de dicho hotel, o sea, para el lado del mar.
Habían cientos de carros
de todos los colores, tamaños y precios (cuando se construyó el hotel la
explanada tenía aproximadamente 50 metros de largo distantes de la orilla del mar,
hoy en día apenas tiene diez, esto ha sido a causa de que el mar ha ido tomando
terreno poco a poco y a conocimiento de las autoridades que no han hecho nada
por evitar que el mar, con el tiempo, termine por derrumbar lo que fue en su
inauguración el Hotel Guarocuya).
Recuerdo también
que hubo un gran desfile de yola, todas pintadas de blanco y llenas de la
Bandera Dominicana y del partido Dominicano, o sea, el partido de Trujillo, el
único en ese tiempo. Las yolas iban amarradas una de otras o sea en cadena con
la que iba delante, que era la única que tenia el motor para halar las demás que
era la que todo el mundo tenia fijada la mirada, esta era capitaneada por un
joven llamado Ricardo Bello hijo (Chon), fallecido, Coronel y Jefe del Cuerpo de
Bomberos por muchos años.
En esa yola o sea
la primera, iba un joven cantante que tenía una voz de tenor, en la cual estaba
parado, agarrado a una soga amarrada a la punta de la yola, Estas (las yolas)
iban dando vueltas, o sea, formando un circo frente al hotel. El nombre del
cantante, me imagino, no estoy seguro, pero si recuerdo que en ese tiempo estaba
en la moda Rafael Vásquez, cantante mejicano. Este, elegantemente vestido de
blanco y cantando en un tono de voz que todo el mundo escuchaba nítidamente la
canción de moda de ese entonces.
Voooolaaaareee,
oooooh ooooooh y cantareeee, ooooh de azul pintado, de azul volando, entre nubes
de tul; en las otras yolas iban otros artistas que hacían el coro pero no
tenían tanta fama como Rafael Vásquez. Ese día puedo afirmar que fue recordado
por todos los Barahoneros de las distintas generaciones que pudieron ver aquel
espectáculo tan bello, ya que por todos lados y rincones de Barahona se
escuchaba la canción Volaré por muchos días.
En la noche, la
sociedad, o sea los ricos y amigos del Jefe, le ofrecieron un baile con la
gran Orquesta Santa Cecilia, traída desde la Capital para ese gran homenaje. Esa
fiesta duró hasta el amanecer, donde se rumoró que Trujillo fue llevado por sus
escoltas en brazos de amigo por el jumo que se dio. Al otro día, a la partida
del yate Angelita de vuelta hacia Santo Domingo con el Jefe y su comitiva,
todo el pueblo se dirigió al muelle a despedirlo con muchos vítores, pero
también me imagino que muchos de los enemigos deseaban que dicho yate no llegara
a su destino, sino que se hundiera a mitad de camino y no encontraran al tirano.
Cortesía de El Birán NY.-
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