
Fue desagradable y de mal gusto escuchar comunicadores decir que el huracán Irma no llegaba ni a ciclón tropical, y que los anunciados daños que causaría eran UN BULTO de los organismos de emergencia para justificar el uso de recursos. Hoy, decenas de familias de Samaná, Puerto Plata, Nagua, Montecristi y el Bajo Yuna, perdieron viviendas, cultivos agrícolas y no tienen NADA PARA PONERSE, debido a las lluvias y el viento de Irma. Esos “comunicadores” deberían dar a esas familias una explicación de, qué sucedió que sus humildes viviendas hoy no están. Que le digan cómo ese bulto creado por los organismos de socorro, los dejó sin un techo donde guarecerse. Si no hubiesen escuchado el llamado de las autoridades y en cambio hubiesen atendido a esos comunicadores, fuesen hoy parte de las cifras de muertos dejados por Irma a su paso por el Caribe. Una sola vida que se salve con medidas “exageradas” como alegaron esos informadores, vale cualquier inversión y sacrificio.
Me sorprendió el argumento de algunos periodistas para oponerse al ALERTA ROJA. Alegaban que no estaba lloviendo en provincias advertidas. ¿Será verdad que ignoran que un alerta no es solo para el lugar donde está lloviendo, sino a puntos aguas abajo de ríos caudalosos y zonas vulnerables? Me permito dudarlo. Por eso, cuando el huracán Irma aun no tocaba Puerto Rico, Cuba y Miami, declaraban el alerta y sacaban familias de zonas vulnerables. No sé si considerar insensata, ignorante o politiquera la actitud de esos “comunicadores” contra las medidas preventivas anti Irma.
Abogo porque en el futuro se amplíen las medidas que en esta ocasión salvaron decenas de vidas…porque, una vida vale más que todo.
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