Por Bienvenido Heredia
Tomando como
punto de partida la oportunidad inoportuna de los políticos lanzados calle al
medio, en una precampaña-campaña que muchos han criticado, es oportuno expresar
mis aspiraciones, porque si algunos imposibles aspiran, ¿por qué no hacerlo este
ciudadano de los del número?
Parece (y sin
que parezca), que la presidencia de la República, una curul congresual, una
alcaldía, una junta distrital y hasta una simple regiduría, son objetivos
permanentes de muchísimos de los “líderes” políticos que nos gastamos.
Desde el partido
oficialista, ya va por seis o siete el número de posibles aspirantes, pese a
que el gobierno tiene el deber de seguir trabajando para resolver los lacerantes
problemas que afectan la sociedad dominicana. Es deber de todos los
funcionarios y de los dirigentes de ese partido, concentrar sus esfuerzos en
fortalecer las necesarias ejecutorias de un gobierno que apenas tiene un año de
haber sido reelecto.
Visto lo
anterior, Yo aspiro a que jamás inicie una precampaña-campaña tan a destiempo.
Aspiro a que los políticos de mayor nivel dirigencial, aprendan a respetar las
normas, y por vía de consecuencias, aprendan a respetar al pueblo, a los
electores. Que no tomen como excusa de sus ambiciones, el principio de que “el
mal comío no piensa”, para iniciar la “zafra” económica que significan las
campañas electorales.
Aspiro a que, la
Constitución contemple la aplicación de medidas severas contra los que la
violen y violen asimismo las leyes adjetivas, sobre todo las que rigen en
materia electoral y en el rendimiento de cuentas. Por ejemplo, si un presidente
de la República, alcalde, director de distrito o regidor, no cumple con sus
funciones, funciones para las cuales fue electo, se le aplique una ley o un
capítulo, artículo o acápite de una ley, que ordene el voto revocatorio de su
cargo, o revocatoria del mandato, aunque apenas tenga seis meses de haber sido
electo.
Aspiro a que,
así como la Ley 176-07 sobre el Distrito Nacional y los Municipios manda a
aplicar el manoseado Presupuesto Participativo (que se aplica en casi ningún
municipio), lo mismo ordene la Constitución o cualquier otra ley, para el
presidente de la República y las diferentes instituciones del Estado. Es decir,
que al momento de elaborar el proyecto de Ley de Presupuesto General del
Estado, sean consultadas las organizaciones comunitarias de todo el país (las
famosas Fuerzas Vivas), para basar dicho proyecto en las necesidades reales de
la población (Presa de Monte Grande), y no basada en los intereses políticos y
empresariales de un puñado de personas empoderadas del poder.
Finalmente,
aspiro a que ningún alcalde pueda permanecer en su puesto por dos, tres, cuatro
o más períodos, sin hacer nada útil para el municipio que dirige, por más
dinero que utilice en las campañas electorales o por más acuerdos timoratos que
se haga con partidos y agrupaciones políticas que garanticen su permanencia en
el cargo.
Quienes me
quieran apoyar, les invito a que comencemos a elaborar la boleta, para que escojamos
los genuinos “candidatos” del pueblo. A
eso Aspiro…
Excelente artículo. Te acompaño con gusto y como tú ASPIRO a que los ciudadanos y ciudadanas seamos menos incautos, ASPIRO a que no vendamos nuestras conciencias y ASPIRO a que elijamos a quienes mejor nos representen
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