Vuelven los saltarines
Por Tomás Aquino Méndez
La ley de partidos deberá poner fin al transfuguismo oportunista, ese que en ocasiones es incentivado por el liderazgo de otro partido, en busca de aumentar su matrícula en el Congreso y los cabildos, por lo cual hace ofertas y a veces, hasta CONVEN$$$$E al político SALTARÍN para que se vaya a las filas de la organización contraria. Esos discursos vacíos, justificando el paso de un partido a otro y denostando, en la mayoría de los casos, a sus ex compañeros, deberán ser cosas del pasado con la nueva ley. Es tiempo de poner fín a ese baile irresponsable de una pista política a otra.
Desde ya, en una campaña abierta a destiempo, comenzamos a ver los traspiés de los politiqueros sin ideología, anunciando su paso a otros grupos. Y lo que es peor, vemos a LIDERES políticos presentar como trofeos bien conquistados a esos SALTARINES. A eso, la Ley de partidos políticos tiene que ponerle fin.
También deberá buscar mecanismos para desterrar del escenario político a esos grupúsculos, que aun participando en 15 y 20 elecciones, no tienen capacidad de acudir SOLOS a un proceso, porque no alcanzan NI EL 000.1%.
Que este año, el país tenga una ley de partidos que frene el transfuguismo oportunista y la existencia de partidos sanguijuelas, que solo sobreviven adheridos al cuerpo de grupos mayoritarios.
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