Por Alejandro Santana
¿Cuánto hemos avanzado? Si me pidieran
responder esta pregunta, sin ser alarmista, diría que en las cosas negativas
hemos avanzado mucho, estamos a la altura de las más notables mafias del
mal.
Ya no sólo sufrimos los atracos en las
vías públicas, ya los motorizados no sólo nos roban los celulares en las
calles, ahora se trepan en una moto y ultiman a un humilde sereno de una
escuela, en momentos en que sale para su trabajo.
Los disparos en las noches en diferentes
barrios, ya ni nos quitan el sueño, se han convertido en la motivación para
hacernos dormir tranquilos.
Ahora nos estremece y entretiene entre
comentarios y puntos de vista, el que la delincuencia haya usado gas pimienta
en un centro de diversión repleto de personas, tal vez para llamar la atención
y hacernos entender que en materia de delincuencia, hemos "avanzado".
Que estamos a la altura de los notables
y sonoros casos delictivos registrados en el mundo, que somos capaces de robar
un motor, un celular, de introducirnos en una vivienda y matar viejitos, de que
bandas de jóvenes se enfrenten a tiros limpios en cualquier vía, de día o de
noche.
También hemos demostrado que sabemos
usar armas químicas para aterrorizar a ciudadanos, que de forma pacífica se
reúnen en un centro de diversión a disfrutar sanamente.
El más reciente acto de terror ocurrido
en Celsius 65, una discoteca o drink, propiedad del empresario José Santana,
Chino Video, así nos lo deja saber.
Alguien "desconocido", tal vez para unos
cuantos, lanzó en su interior, en momentos en que estaba repleta de
parroquianos, una sustancia química llamada gas pimienta, una mezcla que puede
crear trastornos diversos en el ser humano.
Estamos "avanzando" en el mal, pero sólo
comentamos y no nos unimos a clamar que las autoridades investiguen al o a los
culpables de ese acto de terror, que no seria difícil, porque en el lugar, alguien estuvo cerca del criminal, autor de tan ruin acto criminal.
En pueblos como estos, no somos tantos
que no se pueda llegar hasta el responsable de ese acto vil, se debe
investigar, se debe llegar hasta las últimas consecuencia, se debe dar
respuesta a la sociedad, porque no debemos quedarnos con la boca abierta, impactados por este avance en lo delictivo, debemos conocer a ese engendro del
diablo y llegar hasta las entrañas de la madre que lo concibió, para
extirpárselas y evitar así, si es que hay tiempo, que una legión de demonios nos
lleve al extermino como sociedad.
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