26 de junio de 2017

A PROPÓSITO DEL DESARROLLO

Desguazadora de barcos viejos (2)

Por Rafael Matos Féliz

En la ocasión anterior, establecimos que desguazar barcos viejos es, si no la peor, una de las peores actividades que atenta contra la vida misma de los obreros, así como contra el medio ambiente. Además indicamos, que esas empresas solo se instalan donde la mano de obra es barata y las normas ambientales y las normas sobre riesgos laborales no se cumplen o se cumplen mínimamente.

La llamada Autoridad Portuaria le había rentado el muelle # 6 a la empresa y por su lado, Medio Ambiente hacía los aprestos para otorgarle el permiso para desguazar los barcos. Fuimos informados de que una comisión de esa Secretaría (hoy ministerio) venía para la zona a realizar una evaluación ambiental para el proyecto; pero allí también nos presentamos en otra comisión (no invitada) para poner nuestros puntos de vista al respecto. Esta última, perteneciente a la SOEBA, al CURSO-UASD y a la Alianza Estratégica.

Ya en el lugar, lo primero que encontramos fue una vigilancia pagada, con la intención expresa de impedirnos la entrada al área. Argumentamos que ninguna evaluación ambiental se realiza sin la presencia y opinión de las entidades locales. Solo de esta manera fue posible que la comisión de la Secretaría permitiera la presencia de nosotros.

Mostramos que la empresa había violado las normas ambientales, pues construyó una pared de bloques que penetraba hasta el mar. Les recordamos que hacía poco que al Consorcio Azucarero se le había multado, de forma administrativa, por haber hecho lo mismo en su área y que ¿por qué a la desguazadora no se le multaba por la misma violación? No tuvimos respuesta. Luego hablamos de la aprobación y consenso para la construcción del Bulevar Turístico en esa zona. Nos pidieron más detalles sobre eso.

Del muelle # 6 nos dirigimos hacia la oficina de Medio Ambiente, situada en esa ocasión, en el edificio de ACUI, cerca de Telecable Barahona. Allí detallamos lo del Bulevar y nos dimos cuenta que la comisión de Medio Ambiente no sabía nada del mismo y además, supimos que le habían presentado documentos donde “ciudadanos”, “dirigentes” y otras personas locales, daban su consentimiento para la instalación de la desguazadora. ¡Ay mi madre!, eso es lo que se llama un “palo asechao”, como decimos por aquí.

Señalamos en esta parte, que cuando se va a realizar una Evaluación de Impacto Ambiental, lo menos que debe conocer la comisión evaluadora es todo lo que concierne a la zona objeto de la evaluación y contactar a todos los involucrados en la propuesta o proyecto, tanto los que están a favor como los que lo objetan y en este caso, la comisión venía sorda, muda y ciega. Por regla, en una evaluación ambiental, se evalúan los elementos técnicos del proyecto, así como los elementos físicos-naturales del área y los elementos socioeconómicos de la zona a ser intervenida.

Fue en la reunión en la oficina de Medio Ambiente, con los evaluadores, donde ellos conocieron datos que no habían sido tocados por la solicitud de la empresa para la aprobación de la instalación de la desguazadora, vestida de astillero.

Pero la cosa no paró ahí, en los días siguientes y mientras llegaba la decisión definitiva sobre la evaluación ambiental, la empresa desguazadora trató de intimidar a las personas que teníamos oposición a ese otro proyecto de muerte y nos enviaron grupos de motoconchistas a nuestras casas a vocearnos, a amenazarnos y acusarnos de todas las sandeces de la bolita del mundo. También, otro grupo se presentó al frente de una emisora local en el momento en que éramos entrevistados sobre la desguazadora.

En este último lugar, parte del personal de la emisora nos advirtió de la situación y ellos mismos fungieron como intermediarios para evitar que se llegase a algún hecho lamentable. Logramos conversar con los amotinados y les señalamos nuestras objeciones sobre el proyecto y aunque algunos trataron de subir y caldear el tono, no pasó nada fuera de control.

Posteriormente, y por algunos motoconchistas que conocíamos, se nos dijo que a esas personas, la empresa les había pagado $500 a c/u, para que quedara demostrado que la población demandaba y deseaba el proyecto. Mientras tanto, muchos comunicadores hablaban a favor de la desguazadora y los menos, señalaban lo peligroso del proyecto.

Mis estimados, como pueden observar, muchos por su dame lo mío y otros por su crecimiento económico a ultranza, con barniz de “desarrollo”, son capaces de cometer todo tipo de diabluras y envolverse en las peores miserias humanas.

Nos contactamos en otra ocasión,
Rafael Matos Féliz

Por el Desarrollo Sostenible

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