Por Dr. Wilson Gómez
Contaba con once años cuando estalló la guerra de abril de 1965, no puedo
olvidar como los comerciantes de la calle “Luis E. Del Monte” bajaron
apresuradamente sus puertas enrollables produciendo su ruido natural que
rasgaba la brisa marina que se pasea por esa importante vía.
El patio de esta vivienda no tenía linderos, conectaba con las calles de la
cuadra y allí cabían todos, se ejercitaban con el levantamiento de pesas,
lagartijas y otras modalidades de ejercicios.
Luego del ajusticiamiento del tirano Trujillo, este lugar se constituyó en
un centro de actividad política y allí se discutía día a día las incidencias
que se producían en el país, pues entonces no todo el mundo tenía acceso a la
prensa escrita, fundamentalmente los periódicos El Caribe y el Listín Diario.
Entonces, todavía la radio noticiosa independiente no había impactado a la
sociedad barahonera, que tenía que conformarse con Radio Santo Domingo TV,
nombre que había asumido la otrora “La Voz Dominicana”.
Lo cierto es, que entre el ejercicio de la más fina albañilería, los
tatuajes, la preparación física y el activo intercambio de las ideas políticas, discurría la vida de un reducido ejército de hombres que, tras el golpe de
Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch, cultivó una marcada
resistencia a aquella autoridad fáctica.
Cuando se produce el levantamiento militar de abril de 1965, ya este grupo
de barahoneros estaba suficientemente sensibilizado, de ahí que, sin pérdida de
tiempo, se reunieron, indignados, tras enterarse que el puente Juan Pablo Duarte
de la capital estaba siendo inmisericordemente bombardeado por tropas militares
dirigidas por Elías Wessin y Wessin, comenzaron a dar pasos a fin de organizar
una acción armada local en apoyo al levantamiento capitaleño, que ya se sabía
que procuraba restaurar la Constitución de 1963 y la vuelta al poder del
Presidente Bosch.
Rechazaban a los golpistas representados por el llamado Triunvirato,
gobierno dirigido por tres personas, diligenciaban la obtención de armas ante
el comandante de la brigada local de la Fuerza Aérea, mayor paracaidista Eladio
Marmolejos, bajo el entendido de que esa rama militar supuestamente apoyaba a
los constitucionalistas; sin embargo, la respuesta fue la más dura represión,
la cual se expresó durante y después de la contienda bélica, vía prisiones,
torturas, persecuciones y desapariciones forzosas, que se convirtieron en
muertes.
Los hombres de Barahona, venciendo obstáculos de todo género, se
trasladaron a la capital y conformaron un comando en la avenida Mella No.55 de
la capital y allí escribieron páginas de arrojo, coraje y determinación, así el
“Comando Barahona” alcanzó respeto y reconocimiento. Hubo la presencia
barahonera en los comandos San Lázaro y Haz Negra.
La incidencia de nuestra gente sobresalió frente a los demás pueblos del
país, pues aportamos al compositor del “Himno a la Revolución de Abril”, Aníbal
De Peña; al pincel de la Patria, Ramón Oviedo, autor de los grandes lienzos del
escenario constitucionalista; al lente patrio del fotógrafo Juan Pérez Terrero,
autor de la emblemática captura fotográfica donde aparece aquel mulato, que con los puños cerrados, se enfrenta y desafía a un bien armado soldado invasor; al abogado
Luis E. Lembert Peguero, quien en las calles de la zona de guerra, metralleta
en mano, convocaba a la juventud a integrarse a la lucha patria.
También al doctor Jottin Cury, Canciller del Gobierno del Coronel Francisco
Alberto Caamaño Deñó, y quien denunció al mundo lo que en verdad se estaba
produciendo en el país, para así contrarrestar las mentiras vertidas a través de
los cables periodísticos; Bonaparte Gautreaux Piñeyro, secretario del
presidente Caamaño, al doctor Noel Suberví Espinosa, estrecho colaborador del
Gobierno Constitucionalista.
Como se sabe, la madre del Coronel de Abril era
una barahonera, y al comandante Joaquín González Féliz, quien también acompañó
en Cuba al coronel Caamaño en su último proyecto revolucionario. González
Féliz, desapareció forzosamente en el país, el 14 de octubre de 1976.
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