3 de enero de 2017

EL ROEDOR

Presidentes y acciones
Por Aristófanes Urbáez (Listín Diario)
Presidente y accionesHay dos libros alecciona­dores para la gente que llega a la Presidencia, para que nos les pase la ridiculez de Morales Lan­guasco que, sin idea de qué eran las funciones de Esta­do, inventó darse un auto golpe de Estado, en la ac­ción se rompió una pierna y terminó vendiendo vian­das en un pequeño mercado en una islita del Caribe.
*Esos libros son “Las pa­rábolas” del conde Tols­toi (uno de los escritores más celebrado en vida), y “Patronio o el conde Lu­canor”, del Infante Juan
Manuel, nieto de Alfonso X. Tolstoi, narra algo que, al que tiene juicio, le anula la vanidad: el zar de todas las Rusias cae gravemente enfermo. Mandan a bus­car, en ese reino inmenso, a todos los sabios, pero no encuentran el origen del mal. Hasta que un viejito dijo: “Sufre de vanidad; el remedio es ponerle la camisa del más feliz del reino. La caballería par­tió rauda, y ya agotados oyeron en un daca desven­cijada que alguien dijo. “¡Qué feliz soy, después de comerme esta patata!”. Entró la soldadesca tum­bando la puerta: “¡Es a usted que buscamos;
Vístase!”. –“¡Yo no tengo camisa!”, respondió.-

1.- QUE DECÍA JUAN BOSCH, que era un Presidente: “El Doctor Segundo Ar­mando González Tamayo y yo acabamos de jurar que desde nuestros car­gos de Vicepresidente y Presidente de la Repú­blica cumpliremos y ha­remos cumplir la Cons­titución y las leyes que nos gobiernan; y decimos con propiedad que nos ‘gobiernan’, porque en una democracia no debe haber más gobierno que el de las leyes, y los hom­bres, cualesquiera que sean sus posiciones, están llamados a ser sólo ejecu­tores de esas leyes.
Ahora bien, al mismo tiempo que ejecutores de las leyes, nos toca ser representantes y defenso­res del pueblo; y en nom­bre de ese pueblo que está aquí, frente a nosotros, y también mucho más lejos, en ciudades y en villorrios apartados, soli­citamos del Congreso Na­cional, las leyes indispen­sables para afirmar en este país, no solo la demo­cracia política, sino tam­bién la democracia eco­nómica y la justicia so­cial. De ustedes, senado­res y diputados elegidos por el pueblo, sean del partido que sean, el go­bierno que se inicia hoy espera de un trabajo continuo para darle a los dominicanos impuesto bajo el sol entre los países avanzados de América.
América nos observa con interés y con amor, como lo atestigua la pre­sencia en este acto de go­bernantes del hemisfe­rio y de visitantes distin­guidos, venidos de todos los confines americanos. Nunca antes se habían reunido en República Do­minicana tantos hom­bres ilustres elegidos por sus pueblos.
Como país americano, nos hallamos en el centro de la gran corriente revo­lucionaria que está sacu­diendo al Nuevo Mundo, y si tomamos en cuenta que esa fuerza poderosa es más potente en paí­ses que no pudieron desa­rrollarse a tiempo, debido que se lo impidieron las tiranías u otras fuerzas sociales, negadas al pro­greso, debemos admitir que en RD., estamos obli­gados a avanzar de prisa como sea posible hacerlo, sin salirnos en momen­to alguno de las normas democráticas, las cuales exigen que se respete el derecho ajeno.
Nosotros queremos la paz política, por eso ofre­cimos puestos a 5 parti­dos políticos. Cuatro se han negado, pero el país debe saber que no quisi­mos hacer un gobierno sólo con el partido que ganó el 20 de diciem­bre.
El mundo que vivimos parece estar lleno de so­berbia y de odios; pero cuando entramos en él con la mirada limpia del que no tiene amarguras, ha­llamos que millones de millones de personas tra­bajan en silencio por un mañana mejor. Nosotros los dominicanos, debe­mos unirnos a esa le­gión de hombres y muje­res que marchan hacia el porvenir, porque si a la criatura de Dios no le fue dada esa facultad de reha­cer el pasado, le fue dada en cambio la de forjar su porvenir”. Negritas (El que haya oído a los pe­ledeístas hablar así, gra­cias. Los que no actúan así, no son boschistas, y se los digo yo, nada se ha perdido, las raíces de Bosch están sembradas con acero. ¡Es indestruc­tible! ¡No le paren!)

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