16 de octubre de 2016

EXPRESIONES

Atrás ese trujillismo
Por Tomás Aquino Méndez
Atrás ese trujillismoCon razón seguimos hablando de la vigencia del trujillismo en el país, a pesar de haber transcurrido más de 50 años del ajusticiamiento del dictador. Dos botones de muestra y un reclamo para que el presidente Danilo Medina pase a la historia como la persona que puso punto final a esas injustas e ilegales disposiciones.
Es inconcebible que al día de hoy, un dominicano que cursa una carrera de medicina durante cuatro años, realiza una pasantía de un año en un hospital e invierte de entre dos y tres años en una especialidad, al final requiera de un tal exequátur o autorización del presidente de la República, para poder ejercer esa profesión. ¿Qué le aporta a su capacidad esa autorización? Es menos o más profesional el médico al recibir el tal exequátur? La repuesta es evidente. Todos sabemos que la dictadura impuso ese requisito para controlar a sus adversarios, tronchándole la posibilidad de lograr una profesión.  
También con ese poder, el dictador controlaba a los jóvenes contrarios a su régimen. Pero ahora, ¿qué sentido u objetivo tiene que el Ejecutivo sea quien de el SI a un profesional que ha cumplido todos los requisitos legales para ejercer su carrera? Sabemos que un demócrata como Danilo Medina no usará su poder para extorsionar o arrodillar  a un adversario.
Por eso le pedimos que elimine ya ese requisito, que muchas veces se convierte en traba para que un joven recién egresado de una universidad ejerza su profesión. Ese mandato obsoleto de la dictadura tiene que ser borrado para siempre. Creo que ese tiene que ser un compromiso de la universidad que gradúa y el Ministerio de Educación Superior.
El otro botón inaceptable y con tinte de dictadura, aunque impuesto en la democracia, es el que han establecido las empresas aseguradoras. Es inconcebible que un médico, sea cual sea su especialidad, esté impedido de atender a un paciente porque una aseguradora le de la gana de cedacear a sus afiliados. Todo profesional médico, salido de una universidad, tiene la facultad de atender a un paciente asegurado y su aseguradora el deber de asumir el costo del examen o el laboratorio de ese afiliado. 
El gobierno tiene que intervenir en esa aberrante y criminal decisión de un sector que no sacia su sed mercurial, porque ese “requisito” de filtrar médicos y laboratorios, es una decisión ASESINA de esas empresas que, sin embargo, no dejan de cobrar al afiliado. Esta disposición esta matando a asegurados y deteriorando la salud de muchos.  Esa dictadura impuesta por las aseguradoras, de discriminar con médicos y laboratorios, tiene que ser corregida.
Todo profesional de la medicina tiene que actuar con libertad al atender a su paciente y este, que paga a la aseguradora, debe recibir la atención en cualquier laboratorio o consultorio, tramitando su afiliada el cobro correspondiente, pero nunca restringiendo la atención al ciudadano ni el servicio del médico.
Presidente Medina, elimine ya esos dos botones, retrancas del desarrollo y vestigios de regímenes dictatoriales, aunque, claro, no hayan sido impuestas por usted. Su gloria será corregir estos males.

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