Por Lic. Gilberto Objío Subero*
En el marco de un importante evento que se está llevando a cabo
en República Dominicana, cuyo objeto es el turismo de salud, hay una cuestión
que brilla por su ausencia. ¿Qué vamos a hacer para proteger a los turistas?
Quizás porque me ha tocado como abogado, cuya práctica profesional está decididamente enmarcada en el Derecho Médico, y
porque me ha tocado atender cotidianamente los casos de pacientes que se quejan
de las infecciones y las
malas prácticas de las que son víctimas en República Dominicana, es que me alarma que como país estemos haciendo tan poco para regular una actividad comercial como el turismo de salud, que además de lucrativa, es altamente riesgosa.
malas prácticas de las que son víctimas en República Dominicana, es que me alarma que como país estemos haciendo tan poco para regular una actividad comercial como el turismo de salud, que además de lucrativa, es altamente riesgosa.
Es mi opinión, que con las estadísticas
de reclamos por infecciones intrahospitalarias por cirugías estéticas, y de
otras índoles, y las muertes relacionadas a procedimientos médicos electivos,
es irresponsable promover el turismo de salud dominicano, si antes no ponemos en
orden el sistema de garantías y previsiones para proteger a los turistas que
pagan altas sumas de dinero para ser operados en República Dominicana.
Me sirvo de enumerar algunos problemas a
manera ilustrativa: 1- No existe una ley de seguro de responsabilidad civil
obligatorio para los médicos, que garantice que en caso de un error, una
infección, o muerte, alguien cubra los daños que sufre la víctima o
sus familiares. 2- La falta de sanciones y cumplimientos de la Norma Para
la Prevención y Control de Infecciones en los Establecimientos de Salud. 3-
Falta de regularización de las residencias de recuperación, en especial, a la
preparación de la empleomanía que allí se contrata, y la inspección y
habilitación de esas residencias, que deben cumplir con los mismos requisitos
de asepsia y control de enfermedades que un Centro de Salud. 4- Falta de un
registro centralizado de los protocolos médicos en uso, que manda la ley 42-01
a realizarse y a la fecha, no hay exigencia de su registro en el Ministerio de
Salud Pública. 5- Falta de control de la publicidad que diariamente vemos en
las redes sociales promoviendo cirugías y procesos médicos que en principio no
son estéticos como si los fueran, como por ejemplo la cirugía bariatica.
Entiendo que es mi responsabilidad como
ciudadano, y como abogado en el área, denunciar estas graves faltas que ponen
en peligro a los turistas que vienen a recibir un servicio que se promociona de
manera indiscriminada, y que en muchos casos violan la ley de Protección de los
Usuarios y Consumidores, por constituir publicidad engañosa.
*El autor es Abogado en derecho médico y Socio Fundador de Medical Law, Oficina especializada en Derecho Médico
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