Comunitarios dan lección a una alcaldía y construyen un puente
Río de Janeiro, Brasil.-Tiene 25 metros de largo, pero el puente construido por los vecinos de una
ciudad del interior de Brasil le pasó por encima a enormes problemas de dinero,
ineficiencia y quizá hasta de corrupción que devoran a este país.
La historia transcurre en Barra Mansa, un municipio ubicado unos 130
kilómetros al noroeste de la ciudad de Río de Janeiro, dentro del mismo estado.
La cuestión, explican, es que apenas uno
de esos barrios tiene puesto
de atención médica y entrega de medicamentos. A su vez, solo en la
otra orilla se detiene un autobús camino a una zona más comercial de la ciudad.
Si
dependíamos del poder público, íbamos a esperar otros 10 años"
Adalto José Soares, comerciante de Barra
Mansa
Para acceder a esos servicios sin un
puente que conectara ambas comunidades, los habitantes tenían que contornear el riachuelo por cerca de dos kilómetros.
Instalaron pasajes de madera, pero cuando llovía el agua crecía y se los llevaba. Pidieron a la
alcaldía un puente de verdad, pero la respuesta era que no había dinero, por la
crisis económica.
Cansadas de esperar durante dos décadas, dos amas de casa que viven a ambos lados del riachuelo, Manoelina dos
Santos, de 72 años, y Juracy de la Conceição, de 65, tuvieron una idea: ¿qué
tal si lo hacen los vecinos?
“Si dependíamos del poder público, íbamos a esperar otros 10 años”,
sostiene Adalto José Soares, un comerciante del lugar de 52 años e hijo de
Manoelina. “Ahí tuvimos esta actitud, recaudamos dinero de los habitantes y lo
hicimos”..
El resultado: un puente 54 veces más barato que lo calculado por la alcaldía y levantado en apenas un mes, toda
una lección en un país cuyo poder público parece en estado de descomposición.
"Variación de calidad"
Milton Avelino, presidente de la
asociación de habitantes de Nova Esperança, explica en reales la diferencia de
costos del puente: “Por la alcaldía era presupuestado en 270.000; nosotros lo hicimos
con 5.000”.
Es decir, apenas precisaron del equivalente a US$1.500 para realizar una obra que según las autoridades locales costaría US$81.000.
¿A qué se debe semejante disparidad?
La superintendencia de obras y servicios públicos de Barra Mansa sostuvo
que existe una “variación de calidad de los proyectos”.
“Como fue hecho
sin el aval de la alcaldía, no hay cómo garantizar que hubo un proyecto elaborado con un
cálculo estructural eficiente, previendo, por ejemplo la variación del nivel
del río”, argumentó.
Pero Soares recuerda
que en abril las olas del Atlántico derrumbaron parte de unaciclovía recién inaugurada por la alcaldía de Río de Janeiro, a un costo de US$12,6
millones, matando a dos personas.
“¿No hicieron con
ingeniería esa ciclovía bonita en Río… y murieron dos?”, pregunta. “Nosotros
hicimos una buena fundación, aunque la mano de Dios es pesada… Manda aquella
lluvia fuerte y nadie puede garantizar que (al puente) no lo pueda llevar”.
La obra cuenta con
tres pilares de cemento, sobre los que montaron dos vigas, que sostienen el
piso de chapas de 1,10 metros de ancho, los pasamanos y tensores metálicos.
“Está capacitado
para soportar hasta tres
toneladas en movimiento”,
calcula Antonio Carlos Moura, un vecino de 56 años que trabaja con portones
eléctricos y estructuras metálicas.
El participó de la
obra, al igual que albañiles, soldadores de plataformas de navíos,
electricistas, pintores… Trabajaron sólo sábados y domingos, y en cuatro fines
de semana lo lograron.
Sospechas
de corrupción pública
Varios sospechan que
la diferencia de costos del puente se debe a que en la alcaldía inflaron
el presupuesto para desviar dinero,
como ocurría en la petrolera estatal Petrobras hasta que estalló el escándalo
de sobornos que ahora salpica a toda la clase política brasileña.
“Creo que el poder público todavía iba a
hacer una obra sobrefacturada encima de una comunidad que lucha con dificultades, una ciudad pobre
de un país que se encuentra quebrado”, comenta Moura.
Casualmente, este mismo mes el alcalde
de Barra Mansa, Jonas Marins, fue separado del cargo de forma temporal por la
justicia, acusado
de irregularidadesen gastos millonarios en el área de
salud, algo
que él niega.
Me
sentí muy avergonzado de que mi ciudad no haya construido el puente"
Jorge Costa, alcalde interino de Barra
Mansa.
El alcalde interino, Jorge Costa, admite
que le “causa mucha extrañeza” la
distancia entre el valor real del puente y el calculado por la alcaldía, aunque dice que no puede afirmar o descartar que se deba a la corrupción.
“Me sentí muy avergonzado de que mi ciudad no haya construido el puente”,
señala Costa a BBC Mundo y agrega que hace unos días fue personalmente a
pedirle “disculpas” a los vecinos.
En los dos barrios ahora conectados por
la obra, algunos ya se ilusionan con que el ejemplo sea un grano de arena que contribuya a cambiar las cosas en Brasil.
“Quién sabe si en el futuro, cuando las comunidades consigan hacer sus
puentes, carreteras, viaductos y hospitales, no vamos a oír hablar más de
políticos corruptos ni de corrupción”, sueña Moura.
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