Barahoneros reaccionan airados ante rumor de posible privatización del Cayo
Por la
Redacción
El destacado
deportista barahonero Alcibíades Peña Escalante (Suro Karate), encendió las
redes desde el día de ayer, martes 28 de junio, al publicar en su cuenta de Facebook,
que había recibido una información referente al posible arrendamiento o compra de
la playa El Cayo, de esta ciudad de Barahona.
Decenas de
barahoneros, una gran parte residentes en la capital y otros en Estados Unidos
y Europa, han expresado su oposición tajante a que ese tipo de acción pueda
suceder en contra de Barahona y sus recursos naturales.
Algunos
opinaron de manera enérgica en contra de los políticos del país, y en especial
de los políticos de esta provincia, muchos de los cuales han llegado al poder
sin hacer nada positivo para su pueblo y que, al contrario, se han aprovechado
de su posición para usar artimañas contrarias a la ley en beneficio de sus
intereses particulares.
La situación
fue aprovechada por el señor Juan Matos (Juancito), un bateyero, profesor y
poeta, residente en Estados Unidos, para publicar en la misma página, uno de
sus poemas dedicado al Cayo y que publicamos a continuación, para el disfrute
de todo el que conoce y quiere a Barahona.
El editor de
este medio digital, La Caracola, también se motivó y publicó las fotos que aquí
aparecen, tomadas en diferentes momentos de sus visitas a nuestra legendaria
Playa El Cayo.
Ante una foto del cayo
Inigualable...
Sin embargo, plural es la memoria
un sempiterno olearse contra el tiempo.
Sin embargo, plural es la memoria
un sempiterno olearse contra el tiempo.
Atrincherados
contra los embates del olvido,
arenados al vaivén de la vida que nos mece
día a día, de unidad a unidad,
péndulos del recuerdo
bogamos
multiplicando instantes perennes
pese al cronos que platea las sienes
y nos convierte en huellas, pasajes, nombres idos,
fronteras del antes y el ahora
sepultados en la infancia que nos crece,
en la mocedad ―sombra agazapada―
donde tercamente albean los recuerdos
y peleamos a muerte por la vida marcada
que niega claudicar ante el distante emblema.
arenados al vaivén de la vida que nos mece
día a día, de unidad a unidad,
péndulos del recuerdo
bogamos
multiplicando instantes perennes
pese al cronos que platea las sienes
y nos convierte en huellas, pasajes, nombres idos,
fronteras del antes y el ahora
sepultados en la infancia que nos crece,
en la mocedad ―sombra agazapada―
donde tercamente albean los recuerdos
y peleamos a muerte por la vida marcada
que niega claudicar ante el distante emblema.
Inigualable. ¡Oh Cayo calcinante!
Única razón de la existencia salobre
bramido alucinante, evocación perpetua
marea vivaz, simiente sol de soles.
A cuestas el palmar, el laurel y el bagazo.
Este bagazo-cuerpo que cargamos
más allá del pesar de los pesares;
más hondo que la hondura del retorno
más leve que el peso del olvido...
Única razón de la existencia salobre
bramido alucinante, evocación perpetua
marea vivaz, simiente sol de soles.
A cuestas el palmar, el laurel y el bagazo.
Este bagazo-cuerpo que cargamos
más allá del pesar de los pesares;
más hondo que la hondura del retorno
más leve que el peso del olvido...
Allá...
la vida que quedose a los ojos
del sueño interminable. Allá la estampa
que nos minara el ente en las entrañas
del sur que se eterniza en la montaña
arraigada memoria que nos define el alma.
Acá la imagen del ser que siempre fuimos
la solemne inherencia de saberse compacto
pese al ramal del tiempo
que nos cincha y nos templa
cual la callosa piedra que laja impenitente
el vendaval salino que nos transita el sino.
la vida que quedose a los ojos
del sueño interminable. Allá la estampa
que nos minara el ente en las entrañas
del sur que se eterniza en la montaña
arraigada memoria que nos define el alma.
Acá la imagen del ser que siempre fuimos
la solemne inherencia de saberse compacto
pese al ramal del tiempo
que nos cincha y nos templa
cual la callosa piedra que laja impenitente
el vendaval salino que nos transita el sino.
Sempiternos ―mas mortales―
nos espejamos puros
insistiendo en el arco que tensa aquel legado
donde fuimos, y somos, presencia y nunca olvido.
nos espejamos puros
insistiendo en el arco que tensa aquel legado
donde fuimos, y somos, presencia y nunca olvido.
-Juan Matos, 2012
Gracias bienamado Bienvenido Heredia, por compartir mi poema (que es a su vez de todos) en tu medio. En verdad ese poema fue escrito hace cuatro años a raiz de una foto publicada en Facebook. Espero haber cumplido con el homenaje a nuestra identidad no solo con el paisaje sino con lo que representa para la memoria de nuestra generación. Un abrazo. Juan Matos
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