Por Porfirio López Vásquez
El
Líder debe aprender a hacer silencio.
¿Cuántas
personas creen que si alguien dijo algo mal de ellos, ya el que dijo eso,
primero no vale la pena y segundo, es una razón suficiente como para que usted
no duerma esa noche?. ¿A cuántas personas el comentario del otro le quita el
sueño? Si usted sale bien temprano muy bien presentado o presentada, muy
contento o contenta y recibe una llamada de alguien que le dice: ¿Sabe lo que dijeron de tí?, "fulana o fulano
dijo ésto y ésto". Ya esa simple
llamada de ese alguien, te cambia el día.
A
través de la Cicatriz del Silencio
debemos aprender que hay momentos en que hay que hacer o tener absoluto Silencio y dejar que el río corra y que
fluya. Hay momentos en que las palabras sobran, porque ya las cosas están
armadas, ya están decididas; donde el hablar no vale la pena y habrá que hacer Silencio y que el tiempo fluya y que se
encargue de todo.
A
veces, mientras más hablamos en un proceso, más daño hacemos. A veces, mientras
más comentamos una cosa, más daño hacemos. El
Líder tiene que aprender a hacer Silencio, a callar, porque le van a contar
muchas cosas, que usted como Líder
será el confidente de muchas personas y si usted es una persona de mucho
hablar, que todo lo comenta, usted va a perder la confianza de los demás. El Líder tiene que aprender a escuchar, e incluso, a aprender a sorprenderse de lo que le digan, diciendo frases como: ¿"Cómo, no sabía eso,
cómo es eso"?.
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