Por Alejando Santana

Y es posible que sea la misma contentura y felicidad de otros
compañeros que han sido nominados. El estar nominado a los premios de Oro de
Barahona, para mí es como un Pulizzer, o un Oscar, porque es la máxima
exaltación que tenemos los hombres y mujeres de mi Barahona y que recibimos por
nuestros desempeños.
No he ganado la elección, pero igual me he sentido contento, porque
han ganado dignos representantes de ese género periodístico.
Hoy se me selecciona como el Periodista del año, ¡guao!, que feliz
me hace sentir esa distinción, donde también competiré con excelentes
periodistas en ejercicio.
De hecho, estoy celebrando como lo han dejado saber otros en sus
cuentas de Facebook, y es normal. Los seres humanos tenemos siempre algo de
ego y queremos ser los seleccionados para la estatuilla.
Estos premios son la actividad más cercana a lo que definimos como
honestidad, soy testigo que la escogencia final que está en manos de muchos, se
hace de manera transparente, sin que le quepan dudas a nadie.
Desde que se retomó la actividad, dormida por varios años, de esas
premiaciones, he sido el relacionador público, he competido y no he ganado, aun
estando en un puesto de jerarquía y estar muy ligado a su comité ejecutivo.
Con esto quiero dar constancia de la honestidad con que primero se
selecciona a quienes competimos por la estatuilla y segundo la escogencia del
ganador final, acción que no es manejada por su comité ejecutivo.
Luego de la escogencia en elección y con la fiscalización de un
notario, se entrega al presidente de la entidad, la lista de los seleccionados y
nadie, aparte de él, sabe quién es el agraciado hasta el día del evento.
Digo esto públicamente, porque hay personas, entre las
que me encuentro, que entendemos que debemos ganar, y pudiera ser así, pero
a la hora de la escogencia hay el libre albedrio de votar por quien entendamos,
no hay manejos, todo es pura honestidad.
Siendo el relacionador público de esos premios, esta vez no he
estado integrado como pudiera ser, pero es que problemas y recomendaciones
médicas me han obligado a un reposo absoluto, debo estar lejos de los grupos a
los que pertenezco en el ejercicio, debo estar lejos de las tentaciones de
tragos y buenas comidas, debo observar una dieta rigurosa, y la estoy
cumpliendo.
Destaco lo de la honestidad de la escogencia y las premiaciones y
destaco mi ausencia, para dejar constancia que los que reiniciamos esos premios
en su nueva versión, seguimos unidos y que las cosas ahí se hacen con
respeto y honestidad.
Y en hora buena lo destaco, para que mañana el que no sea escogido
para recibir la estatuilla, entienda que sus colegas fueron los que escogieron
al ganador y que eso escapa al Comité Ejecutivo de los Premios.
Debo agradecer mi permanencia en la directiva de los premios, debo
agradecer la solidaridad recibida por mis compañeros periodistas y
comunicadores, por el público en sentido general.
Agradecer a una gran mujer, colega periodista, por haber puesto en
mis manos en momentos de crisis de mi salud, el ejemplar de su libro! Estrés y
Depresión en el ejercicio del periodismo, que todo periodista debe leer,
de la autoría de una autoridad en la materia, Emilia Santos Frías.
También debo agradecer, como comunicador, periodista, como
persona, como barahonero, a un visionario desarrollista adoptado por
Barahona como su hijo, por sus iniciativas, solidaridad con los grandes eventos
que nos hacen grandes ante los ojos del mundo, me refiero al Ministro José del
Castillo Saviñón, titular de Industria y Comercio y Presidente de la Fundación
José del Castillo, porque sin sus aportes, estos premios y otros eventos no
fueran posibles en Barahona.
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