Poder sanador del Turismo
Por José Rafael
Sosa
Antes de
desarrollar el tema de esta columna, me permito invitar a los miembros y
dirigentes de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (ADOMPRETUR), a
su celebración amistosa de Bienvenida al nuevo año 2016, que se desarrolla esta
noche desde las 7:00 en el Club Libanés Sirio Palestino, de la Avenida George
Washington.
Habrá baile,
música, regalos y rifas para quienes asistan. Les deseo suerte a todos. Yo no
estaré por estar en
reposo hogareño tras la ocurrencia del infarto, proceso del
cual estoy en vías de recuperación.
Les recuerdo que
hay que estar al día en la cuota anual, mil pesos, para poder entrar. Habrá una
forma de recibir la cuota en el club y durante todo el día en la oficina de
Adompretur, del CDP.
///
Un amigo que ha
vivido muchas experiencias sostiene que quien vive de acuerdo al plan de las
ocho horas esenciales: ocho horas de trabajo; ocho horas de descanso y ocho
horas de placer.
No sé si ese amigo
tomó el concepto de algún pensador lúdico moderno, si se apropió de algún dato
científico o tomó, con o sin permiso, pero lo que parece claro es que el poder
sanador del turismo está fuera de toda duda.
El hacer turismo
rompe las rutinas de la existencia y favorece vivir experiencias que promueven
la sanación integral. No es medicina, pero si un recurso efectivo para mejorar
el estado interior del alma.
El cambio de
ambientes, la instalación de protocolos lúdicos, el adentrarse en otros mundos
y sucesos, en los cuales se transforma el abanico de requerimientos laborales,
sociales y familiares, para pasar a ser centro de servicios y atenciones, ubican al turista en una postura de ser, a
ser servido.
El turismo
industrial (el que ofertan los hoteles en sus diversas manifestaciones),
el turismo comunitario (el que ofertan proyectos nacidos desde la
comunidad), aportan un poder de sanación frente la abrumadora rutina, a la
exigencia de los trabajos, la presión de la vida urbana.
El turismo es la
toma de cuerpo de valores que renuevan la existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.