8 de enero de 2016

VISIÓN TURÍTICA

Poder sanador del Turismo

Por José Rafael Sosa

Antes de desarrollar el tema de esta columna, me permito invitar a los miembros y dirigentes de la Asociación Dominicana de Prensa Turística  (ADOMPRETUR), a su celebración amistosa de Bienvenida al nuevo año 2016, que se desarrolla esta noche desde las 7:00 en el Club Libanés Sirio Palestino, de la Avenida George Washington.

Habrá baile, música, regalos y rifas para quienes asistan. Les deseo suerte a todos. Yo no estaré por estar en
reposo hogareño tras la ocurrencia del infarto, proceso del cual estoy en vías de recuperación.

Les recuerdo que hay que estar al día en la cuota anual, mil pesos, para poder entrar. Habrá una forma de recibir la cuota en el club y durante todo el día en la oficina de Adompretur, del CDP.
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Un amigo que ha vivido muchas experiencias sostiene que quien vive de acuerdo al plan de las ocho horas esenciales: ocho horas de trabajo; ocho horas de descanso y ocho horas de placer.
No sé si ese amigo tomó el concepto de algún pensador lúdico moderno, si se apropió de algún dato científico o tomó, con o sin permiso, pero lo que parece claro es que el poder sanador del turismo está fuera de toda duda.
El hacer turismo rompe las rutinas de la existencia y favorece vivir experiencias que promueven la sanación integral. No es medicina, pero si un recurso efectivo para mejorar el estado interior del alma.
El cambio de ambientes, la instalación de protocolos lúdicos, el adentrarse en otros mundos y sucesos, en los cuales se transforma el abanico de requerimientos laborales, sociales y familiares, para pasar a ser centro de servicios y atenciones, ubican al turista en una postura de ser, a ser servido.
El turismo industrial (el que ofertan los hoteles en sus diversas manifestaciones),  el turismo comunitario (el que ofertan proyectos nacidos desde la comunidad), aportan un poder de sanación frente la abrumadora rutina, a la exigencia de los trabajos, la presión de la vida urbana.
El turismo es la toma de cuerpo de valores que renuevan la existencia.

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