Por Alejandro Santana
Eso
lo registran las sagradas escrituras, pero lo que no dijo el Señor Jesús de
Nazaret es que los Estados deban sumir a su gente en la indigencia, por
desigualdad social o malas políticas sociales.
En
República Dominicana, sabemos del esfuerzo que se hace desde el Estado de ir en
ayuda de los más
necesitados, pero la pregunta obligada sería ¿en qué medida
esto se hace, qué parámetros se toman para que las
preocupaciones del Estado se vuelquen a favor de todos los necesitados?
Hace relativamente pocos
meses, que desde las Instancias Estatales se difundió la noticia que
da cuenta de la cantidad de ciudadanos que han salido de la pobreza extrema.
De
inmediato hubo reacciones, se puso en dudas que realmente la cantidad que
se ofreció como cifra fuera real, la gente tiene sus dudas, la oposición juega
su papel, en este caso criticando la connotación que se ha dado a esas cifras.
Lo
más honesto es reconocer que el Gobierno hace esfuerzos, que existen varias
carteras estatales que tienen programas sociales, pero surgen las preguntas
también, sobre la efectividad de esos programas.
Muchos
hemos entendido que esos muchos programas sociales deben estar en un sólo
ministerio ampliado, donde se actué con justicia, donde los
beneficiarios no sean sólo los allegados a los funcionarios que manejan esos
programas sociales.
Hay
quejas sobre el estado de pobreza de muchos. Desde el gobierno se ha
reaccionado, el propio Presidente ha llegado a decir que desde el patio
hay criticas, calificando de malos ciudadanos a quienes así han
reaccionado.
Si
prestamos atención a las quejas, más que palabras, del Presidente, caeríamos en
la conclusión de que hay muchos malos ciudadanos, porque
somos muchos los que a diario nos preguntamos, ¿donde se ha
beneficiado a tanta gente cuando vemos en cualquier rincón de la geografía a
verdaderos indigentes?
Es
verdad que durante muchos años no se hacía nada a favor de los más pobres, que
la realidad que se vive no es la culpa del PLD, pues desde que asumió el poder
ha venido actuando a favor del desarrollo, pero surge otra pregunta, ¿se hace
con verdadero sentido de justicia?
En
cualquier rincón de la geografía Nacional, saca la cara la pobreza
extrema de ciudadanos, y eso se le enrrostra al gobierno,
porque se entiende que no se ha hecho lo correcto por atacar los
cinturones de pobreza.
Creo
como ciudadano, que se debe cambiar la manera de como
se actúa a favor de los pobres, se debe orquestar un verdadero
plan desde las gobernaciones Provinciales, desde los Ayuntamientos Municipales, a favor de los pobres, con más contundencia.
Porque
me dirán que en esta ciudad de Barahona la Gobernación ha ido en ayuda de
muchos pobres reparando sus viviendas, y eso es verdad, pero parece que no ha
sido suficiente.
Habrá
que poner más recursos en manos de Gobernadores y Ayuntamientos para las
labores de erradicación de todo lo que deje ver la indigencia de muchos, no es
que se acabe con la pobreza, porque siempre habrá pobres, palabras del Señor.
Pero
la indigencia es producto de malas políticas sociales, reparar las
casas a muchos pobres en toda la geografía nos resultaría menos
costoso que lo que implica lo que la corrupción se lleva en las
manos.
Sólo
es cuestión de visión y de entender que es nuestra responsabilidad como
gobierno ir en ayuda de esa clase social que está en la indigencia, donde
lo han llevado los que nos han gobernado y que nada han hecho por ellos.
Debemos
cambiar, desde el Estado se debe cambiar, es buen momento en este
nuevo cuatrienio que se avecina luego de las elecciones
del 2016, donde blancos, morados, colorados y otros colores, harán causa
común en la gobernabilidad, que ésta sea a favor del verdadero
desarrollo, un desarrollo que nadie cuestione, porque sólo esté en las notas
oficiales, cambien y la historia los colocará en buen sitial.
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