Por Virgilio Gautreaux P.
El 12 de Julio de 1924
sale de República Dominicana el Ejército norteamericano, luego de ocho largos
años de una férrea ocupación militar. durante la cual sus tropas realizaron todo
tipo de abusos contra la ciudadanía, principalmente gente inocente. Los norteamericanos
cañonearon, dispararon sus fusiles y bombardearon con sus aviones, los
patriotas que en la región Este del país se levantaron militarmente ante los
abusos y saqueo de sus tierras, de las cuales eran desalojados, pasando dichos
terrenos rápidamente a ser propiedad de las empresas azucareras
estadounidenses.
Resulta curioso que en la
primera ocupación militar, los norteamericanos utilizaran aviones para atacar
los patriotas y que en 1965 ordenaran a la Fuerza Aérea Dominicana que
bombardeara y ametrallara la ciudad capital.
Junto a esas operaciones
de conquista y puño de hierro, el ocupante militar maltrató y torturó a los
patriotas cívicos que desde la tribuna, las revistas, los periódicos, mediante
volantes, declamando poesías o entonando cantos patrióticos, se oponían a la
intervención. Mediante una política de “Laissez
Faire, Laisser Fasser”, los oficiales yanquis se hacían de la vista gorda ante los desmanes de
sus subordinados, los cuales se tornaban cada vez más agresivos, especialmente
cuando estaban ebrios.
En Barahona el 21 de Agosto de 1918 en una reunión
formal con el jefe militar local de los indisciplinados Marines, se impuso la
prohibición municipal de no vender alcohol a la soldadesca, para evitar las
constantes riñas que realizaban en la vía pública. Conforme al Acta levantada
al efecto, “sería
perseguida toda persona que vendiere o facilitare a los soldados, bebidas
alcohólicas cualquiera que fuere su clase”.
Tan pronto
llegó en Mayo de 1916, el invasor se trazó como política controlar los medios
de comunicación, aplicando mediante Órdenes Ejecutivas, una fuerte censura y el
control de toda la correspondencia que circulaba dentro del país debía
realizarse por el sistema oficial de correo, con el propósito de manipular y
espiar todas las comunicaciones.
Los intelectuales patriotas y liberales fueron perseguidos y
encarcelados de manera sistemática. Tribunales controlados militarmente
imponían fuertes condenas, cierre de publicaciones y multas abusivas, a la vez
que legalizaban los saqueos de terrenos en todo el país. Reuniones cívicas eran
desbaratadas a garrotazos sin importar edad ni sexo. Las damas eran
permanentemente hostigadas por indisciplinados soldados, ante la indiferencia
de oficiales arrogantes sin educación.

Gracias a la
resistencia de miles de patriotas dominicanos, los Yanquis al fin abandonan
nuestro país el 12 de Julio de 1924. A nuestro esfuerzo durante esos ocho años
de lucha, se unieron naciones hermanas del continente, tales como Uruguay,
Argentina, Chile. Se crearon numerosas entidades de apoyo a la desocupación en México y otras de Centroamérica. En el caso cubano, en la hermana antillana, en
varias ciudades. En esta cruzada participaron prestigiosos intelectuales
latinoamericanos y hasta liberales estadounidenses.
Luego de amplias discusiones y divergencias en torno a los
términos de la desocupación y las obligaciones financieras que se contrajeron
para la salida de las tropas invasoras, los y las dominicanas se prepararon
para celebrar el retorno a la vida republicana luego de años de abusos y
despojo. A tales fines, se elaboró un Programa de Actos para desarrollarse
durante tres días, del cual reseñaremos algunas actividades:
El Jueves 10 de Julio de 1924 arribó al puerto capitaleño el
Crucero CUBA, de la Marina de Guerra de esa nación hermana, a bordo de
la cual llegó la Comisión de representantes de esa nación, con el encargo de “testimoniar a la República de la Cruz, la simpatía y afecto de
la República de la Estrella”.
El 12 de Julio
de 1924 fue un día de gran fervor patriótico, que incluyó la toma de posesión
del Presidente Horacio Vásquez y del Vicepresidente Federico Velásquez, ante la
Asamblea Nacional reunida. Luego hubo un solemne Te-Deum en la Catedral. Dentro
del templo, la delegación Cubana aprovechó la ocasión para depositar
reverentemente una emblemática corona sobre las tumbas que guardan los restos
de los Padres de la Patria, con la siguiente inscripción:
”LA REPÚBLICA DE CUBA A LOS MÁRTIRES DE LA INDEPENDENCIA
DOMINICANA”
Luego, una gran comitiva de los
presentes, junto con una multitud que se fue agregando, acudió al parque
Independencia. En el Baluarte de la puerta del Conde, el Ing. Osvaldo Báez
realizó una colosal y monumental estructura conmemorativa del gran acontecimiento.
Su majestuoso diseño fue objeto de grandes elogios. En este lugar un coro
integrado por 200 niñas de las escuelas públicas de la ciudad, entonó las
gloriosas notas de nuestro Himno Nacional. Una multitud emocionada y con
lágrimas en los ojos, fue testigo de este patriótico testimonio.
El acto de
mayor significación se produjo a la una de las tardes en la Fortaleza Ozama, al
arriarse la bandera del ocupante invasor y subir la enseña tricolor.
Conforme a una crónica realizada por el Listín Diario incluida
en la revista LA OPINIÓN, en el amplio patio del recinto de una Compañía de la
Policía Nacional Dominicana-PND, comandada por el Capitán Alfonseca, y en otra
parte estaba una representación de las tropas de ocupación, una masa emocionada
de personas de ambos sexos y todas las clases sociales, abarrotaban la plaza
con gran expectación. Ingresan al Fuerte el Primer Mandatario, el vice
Velásquez y el Lic. Francisco J. Peynado, subieron a una parte de la Torre y
mientras escuchaban el himno del invasor, bajaba su bandera “que
sombreaba nuestro destino”. Este acto fue muy emocionante, tal como se aprecia en esta
imagen:

En adición a estas actividades, se realizó un gran desfile de
carrozas con motivos alegóricos al gran acontecimiento. Participaron vehículos
finamente decorados de Santo Domingo, San Pedro de Macorís, Moca, El Seybo y
Puerto Plata. También estuvieron presentes carrozas de Cuba y España. Algunas
empresas estuvieron presentes con autos adornados.
En la revista FEMINA No.
46, correspondiente al 30 de Junio de 1924, encontramos que para esos días ya en
El Seybo se estaba trabajando en la carroza que representaría a esa comunidad
en el magno desfile del memorable 11 de Julio.
En horas de la
tarde de ese memorable 12 de Julio de 1924, se realizó en los terrenos del
campo deportivo una gran parada militar, donde estuvieron miles de personas.
Luego se realizaron competencias deportivas. En la noche hubo retretas y fuegos
artificiales.
Cinco grandes fiestas se celebraron en estos días de tanta
significación patriótica. La primera consistió en un “baile blanco” la noche del Viernes 11 en la Casa España. La segunda fue la
noche del Domingo 13 y fue dedicada por el exclusivo CLUB UNIÓN a la
distinguida Delegación cubana. La tercera fiesta el Lunes 14, también en dicho
Club, consistió en un concierto el Octeto que dirige el Maestro Ravelo y la
Banda del Estado Mayor General del Ejército de Cuba, dirigida por el Capitán
Miranda. En dicho local nuevamente el Martes 15, asiste una gran concurrencia a
una fiesta de gala ofrecida por el Mayor General, Dr. Pedro Betancourt y la
Misión Cubana, al Presidente Vásquez, su Gabinete y otros invitados. El Jueves
17 el Santo Domingo Country Club ofreció un baile-recepción al Presidente
Vásquez y al General Harry Lee, Ex Gobernador Militar.
De esa forma sencilla, pero cargada de fuerte ardor patriótico, celebró el pueblo dominicano la recuperación de su soberanía. En Julio de 1925, al cumplirse el primer año de la salida de las tropas de ocupación, se realizaron grandes celebraciones y actos en gran parte del país, las cuales reseñaremos en una próxima entrega.
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