Por
Leonardo Plata
La
República Dominicana, sin duda alguna está atravesando por una de sus peores
crisis institucionales y sociales, que amenazan la paz y la sana convivencia de
sus habitantes.
Aunque
hemos experimentado ciertos avances en diferentes áreas, como la educación,
por poner el ejemplo más tangible, no menos cierto es que el
sistema de salud
en nuestro país está al borde del colapso total.
Con
una ley de seguridad social, que lo único que ha hecho, hasta ahora, es privilegiar a una clase dominante, mientras que a la mayoría de la población la excluye de sus bonanzas y de sus mieles, lo que se traduce en un deterioro
progresivo en la salud de los pobres, quienes acuden a los hospitales en busca
de un servicio de calidad y se encuentran con un panorama sombrío, porque nunca
hay medicamentos, así como las condiciones de los mismos, son paupérrimas y el
servicio, ni hablar.
Otro
grave problema que cada día cobra más fuerza, es el tema haitiano, el cual
ha sido manejado de manera irresponsable por todos los gobiernos que han
pasado, pero que ahora vemos como muchos dominicanos patrioteros se unen a
fuerzas oscuras para chantajear al gobierno dominicano, que hasta ahora ha sido
el único que le ha puesto un poco de empeño a esta situación que amenaza la soberanía
dominicana, pero que no vemos una decisión firme y concreta para frenar esta
situación.
Pero
también debemos tocar el tema de la delincuencia, que no es más que el producto
de la exclusión social, de la falta de políticas públicas adecuadas para desarrollar
y convertir en entes productivos a nuestros jóvenes, que por algunas razones terminan cometiendo cualquier delito.
Recordemos
que la desigualdad social, la corrupción, la impunidad, son los factores más
evidente que alimentan los actos delincuenciales, ya que una gran parte del
presupuesto nacional va a parar a manos de los bolsillos de los corruptos, lo
que imposibilita que ese dinero del pueblo sea invertido en educación, en
salud, en centros para formar jóvenes en especialidades para que puedan insertarse al mercado laboral e ingresar a la universidad.
Por
último, si no atacamos de frente a estos tres jinetes del apocalipsis, que
amenazan con tragarse la sociedad dominicana, pero combatirla con voluntad
firme, con acciones concretas, invirtiendo en la juventud, en programas de
prevención social, en la educación de calidad, en empleo digno, en salud de
calidad, en todas aquellos herramientas necesarias para que todos vivamos en
iguales condiciones de derecho, pero un factor clave y esencial es inculcarles
valores y principios a nuestros hijos e hijas, a nuestras generaciones, para
que sepan valorar, para que respeten lo que no les pertenece, para
que honren a los héroes y mártires que forjaron esta patria. Sólo así podemos alcanzar el sueño de DIOS, PATRIA Y LIBERTAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.