Una diócesis que combate la pobreza
Por Isabel Leticia Leclerc (Listín Diario)
Desde el 2004, cuando se produjo la riada que prácticamente exterminó la producción agrícola y el ganado de la
zona, acabando con las vidas de decenas de seres humanos, y que luego continuó con el crecimiento del Lago Enriquillo, según apunta un estudio realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se ha agudizado esta situación.
Eso trae como consecuencia que las provincias Bahoruco e Independencia presenten los niveles más elevados de desnutrición con 18.3% en el primer caso, y 11.3% en el segundo.
La Iglesia Católica, a través de la Diócesis de Barahona, integrada por esas cuatro provincias, se enfoca no solo en evangelizar, sino también en combatir la pobreza.
Es lo que destaca monseñor Rafael Leónidas Felipe Núñez, obispo de la Diócesis. “En esta región en la que hay una necesidad muy, muy grande bajo la pobreza histórica de nuestra zona, hemos tenido que darle una gran importancia a todo el trabajo social”, explica.
Las 24 parroquias, 28 sacerdotes, 50 religiosas y 500 catequistas que conforman este obispado son parte de los tres pilares que dirigen la labor comunitaria a través de la pastoral social, que reúne los programas: Cáritas, Fundación de Apoyo al Suroeste (Fundasur) y el Centro de Promoción Campesina Lemba.
Este trabajo pastoral se hace en conjunto con el aporte social. Formaron 200 evangelizadores para fortalecer las comunidades cristianas. Mientras que con la cooperación internacional y local de diversas instituciones avalan cada proyecto.
Cuatro comedores
La desnutrición es parte del diario vivir de cientos de familias que carecen de recursos para sustentar a sus hijos. En la búsqueda de contrarrestar este panorama nace el Comedor Parroquial Infantil, de la comunidad Nuevo Amparo, donde 300 niños y niñas reciben alimentos de lunes a viernes.
La desnutrición es parte del diario vivir de cientos de familias que carecen de recursos para sustentar a sus hijos. En la búsqueda de contrarrestar este panorama nace el Comedor Parroquial Infantil, de la comunidad Nuevo Amparo, donde 300 niños y niñas reciben alimentos de lunes a viernes.
Cocinan 70 libras de arroz a diario. Tres cocineras se encargan de esta tarea y dan de comer a todos los niños. Esto ha contribuido, según refiere el obispo, a que disminuyan los índices de desnutrición. Junto a los otros tres comedores en el Batey Central, Jimaní y Duvergé, un total de 800 infantes reciben alimentos.
El director de la pastoral social, Manuel Pérez, indica que trabajan temas de biodiversidad, potencial agrícola, comercio, estrategias de desarrollo, turismo, salud, alimentación y otros. Tiene 125 farmacias para el uso de los comunitarios.
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