EXPRESIONES

Promesa de políticos

Por Tomás Aquino Méndez

Al parecer, para los políticos, prometer es muy fácil. Decir que sí a los reclamos que les hacen los pueblos y las personas es lo más cómodo. Piensan que toda la vida eso le va a dar resultado. Sin embargo, llega un momento en el que los pueblos se cansan de tantas mentiras.  De tantas promesas y ofrecimientos falsos. Es lo que está pasando con mi pueblo: Tamayo. La última vez que las calles de esta comunidad fueron asfaltadas, gobernaba Joaquín Balaguer.

Recuerdo que durante él inauguraba varias obras en Las Guáranas, San Francisco de Macorís, lo abordé para solicitarle calles y
acueducto para Tamayo. Aunque la solicitud fue acogida, alguien no cumplió a cabalidad con la orden y el trabajo se hizo a medias, con la promesa de concluirlo más adelante, cosa que nunca llegó. Con el paso del tiempo, las riadas del Yaque del Sur y las lluvias, deterioraron las calles y dañaron la parte del drenaje pluvial que se había construido. Concluyó Balaguer su mandato y no pude volver a decirle que su promesa no se cumplió como el dispuso. 

Llegó Leonel Fernández y renovamos los contactos a nivel de funcionarios que, en los primeros cuatro años, ni en los otros ocho, escucharon el reclamo de Tamayo. Siempre recibimos el SI por respuesta, alegando que Tamayo estaba en su agenda. Al parecer, la agenda era electrónica y un apagón la inhabilitó.

Hipólito Mejía, en sus cuatro años ni miró para esta población. 

Al llegar Danilo Medina renacieron las esperanzas. Por ser un hombre del sur y porque muchos de sus funcionarios tenían buenas relaciones con nosotros y otros destacados tamayenses. Luego de varios intentos y contactos vimos un rayo de luz cuando el ministro de Obras Publicas ordenó el inicio de los trabajos. Pero la alegría se esfumó a los pocos días. Los equipos fueron trasladados a Santiago, según Obras Públicas, porque la circunvalación de esa ciudad era una prioridad y un compromiso del Presidente y que al concluir allí, volverían a Tamayo. La circunvalación  se inauguró el pasado mes de febrero y Tamayo sigue esperando. La gestión de Danilo Medina va rumbo a su tercer año y seguimos confiando que la promesa será cumplida. Solo que la mayoría de los residentes en este laborioso pueblo sureño, no tienen tanta fe como yo. Los políticos han ido borrando esa confianza en ellos, porque faltan con demasiada frecuencia a su compromiso.