EDITORIAL HUESPED

Los falsos samaritanos del Caricom

Todos a una, los países miembros de la comunidad de Estados caribeños se aliaron el año pasado para vituperar al Tribunal Constitucional dominicano por la histórica sentencia 168-13, cuyo contenido pareció afl igirles tanto que, de paso, cerraron las puertas del Caricom a nuestro país.

Para entonces actuaban y se hacían pasar como genuinos samaritanos al servicio de la causa de los “haitianos sin patria” que, por culpa de dicha sentencia, veían violados todos sus derechos humanos, por lo que era preciso que tanto la Organización de Estados Americanos como otros organismos

internacionales condenaran semejante “genocidio civil” y aislaran de ese concierto a República Dominicana.

En algunos foros se pasaron de la raya lanzando sus acusaciones contra nuestro país hasta que en La Habana, en el marco de la cumbre de la CELAC, el acosado presidente Danilo Medina tuvo que responderles con fuerza y valentía a sus insistentes reclamos para que desconociera la sentencia y dejara las cosas tal como habían estado antes.

La primera ministra de Trinidad & Tobago, Kamla Persad-Bissessar, al mismo tiempo presidenta del Caricom, llevó la voz cantante en octubre de este año y “llamó a la unidad del ente regional para fustigar ese acto que derivaría en que unos 210 mil descendientes de haitianos nacidos en República Dominicana se conviertan en apátridas”.

De buenas a primeras, ahora se anuncia que Trinidad & Tobago prepara una redada casa por casa en su capital, Puerto España, y en otras ciudades nada más y nada menos que para expulsar de allí a más de 110,000 inmigrantes en condición de ilegalidad.

De esa manera, este relevante miembro del Caricom emprenderá su “cacería de brujas” aparentemente contagiado por la reciente decisión de Bahamas de endurecer sus leyes migratorias para expulsar de su suelo a millares de haitianos ilegales, sin contemplaciones.

Pero es dudoso que ahora aparezcan los buenos samaritanos, porque a los falsos ya se les acaba de caer la careta.