¿Visita o supervisión?
Por Tomás Aquino Méndez
Estuvo aquí la semana pasada quien, además de secretario general de la ONU, se podría considerar ¿presidente de la República de Haití? Muchos se preguntan si estuvo de visita de cortesía o supervisando la aplicación de la Ley de Regularización de extranjeros. Hablo del secretario-presidente de Haití, Ban Ki-moon.
Nadie ignora que desde hace diez años, la ONU mantiene el control en esa nación, un mandato que se extiende desde el 1 de junio del 2004 hasta la fecha. Fue ese día cuando una fuerza internacional, integrada por 56 naciones y coordinada por la ONU, ocupó el suelo haitiano sin legitimidad. Desde entonces se han apropiado de ese territorio.
Ahora tenemos a dos presidentes, uno electo por voto popular y otro impuesto por la ONU reclamando a nombre del pueblo haitiano. Ambos, Martelly y Ban, quieren que el Gobierno dominicano asuma el compromiso de cargar sobre sus hombros al pueblo haitiano. Esa ha sido la política seguida desde hace años por Canadá, Estados Unidos, Francia, la Unión Europea y organismos como la OEA y la ONU. Ellos, al parecer, ignoran que Republica Dominicana vivió subyugada 22 años por líderes militares haitianos y que fue de ellos que se liberó en l844.
Esa parte de la historia es imposible de olvidar, aunque propugnemos porque hoy llevemos unas relaciones armoniosas y respetuosas. En el Palacio Nacional y frente a los legisladores, Ban mantuvo el mismo discurso, enfatizando, advirtiendo y amenazando si no se reconoce la nacionalidad a todos los haitianos. Para él no importa la Constitución ni la Ley de Regularización, sólo que se cumplan sus deseos.
Valoro la actitud responsable asumida por el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, quien no esperó que el visitante saliera del país para decir lo que había que decirle. Frente a él condenó la campaña internacional de la ONU y otros organismos en contra de República Dominicana, acusándola de maltratar y perseguir a los extranjeros a pesar de que nadie ha presentado una prueba de esos falsos argumentos.
Quienes hablan de maltrato y discriminación deben recorrer cualquier calle, barrio o pueblo dominicano y allí encontrarán a cientos de hombres, mujeres y niños haitianos vendiendo, pidiendo y trabajando sin que nadie los cuestione ni les pida un papelito. El secretario-presidente de la ONU y de Haití vino a “supervisar” la forma en que se aplica a los haitianos la Ley de Regularización de Extranjeros, decisión que es competencia del gobierno dominicano. Somos parte de esos organismos internacionales, pero no somos su marioneta para dirigirnos como ellos desean.
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