¿Cuál sería el lucro cesante de
esta nueva receta para nuestro porvenir? Tal vez la tardanza para producir el
documento lo haga extemporáneo y ya no concite la atención debida. Pero para
quien escribe lo principal seria la metodología recomendada para generar el
“sueño país”.
Por Juan Llado
Los sueños son indispensables no solo para reponer energías. Lo
son también para idear y trazar rumbos, tanto personales como nacionales. De
ahí que la iniciativa de proponer una Gran Cumbre Nacional para visualizar el
“sueño país” de nuestro futuro sea pertinente. Pero la metodología para gestar
el sueño nacional --una especie de visión del desarrollo-- no siempre está bien
encaminada. No es solo que se deba escoger la coyuntura propicia sino también
que los actores relevantes participen de la manera adecuada. Por eso hay que
hacer algunas observaciones a la propuesta del libro “Gazebo” en ese sentido.
En
ocasión del lanzamiento del GPCN en el Palacio Nacional, el presidente
Medina señaló que lo que “el país más necesita es una visión de cómo aprovechar
su potencial en el largo plazo e insertarnos, sin miedo y de forma competitiva,
en la economía global.” En consonancia, Gazebo complementa
que: “El desarrollo acelerado y sostenible de la nación sólo puede lograrse si
los actores de la sociedad aceptan desprenderse de sus privilegios a cambio del
cumplimiento de un plan concebido para obtener un bien colectivo superior al
actual. Y para deponer intereses particulares presentes a cambio de beneficios
futuros, hace falta un relato convincente y verosímil que proponga la
cooperación necesaria entre los distintos sectores y actores de la sociedad
dominicana.” (p.34). El relato es esa visión de nación, ese “sueño país”.
Gazebo también
sentencia que “en el terreno económico no existe un manual de éxito. La fórmula
adecuada para la República Dominicana, será propia de la República Dominicana.”
“La lección final que se deriva de la experiencia de otros países es la
importancia que todos ellos concedieron a la educación. Cada uno ha seguido
vías y políticas económicas distintas, pero les une un factor común: el gran
esfuerzo realizado para mejorar el capital humano, sobre todo el femenino. La
inversión en la mejora de la calidad educativa, desde el nivel inicial hasta la
educación superior, es un elemento determinante a la hora de buscar el progreso
y el bienestar de una sociedad.” (p.19). El señalamiento no puede ser más
oportuno en una coyuntura en que se inaugura una nueva administración gubernamental
y cuando, en las pruebas PISA, nuestros estudiantes clasifican en los peores
lugares del mundo en matemáticas, ciencias y lectura.
Para
el diagnóstico de nuestra economía, Gazebo usó
el Índice de Competitividad Global (desarrollado por Sala-i-Martin) del Foro
Económico Mundial, el cual consiste en 12 pilares (o aspectos) de la
competitividad. Dictaminó que solo en uno de los pilares estamos bien
posicionados, pero en los restantes 11 vamos a la deriva. En el primero, la RD
ha sido líder en materia de estabilidad macroeconómica en América Latina,
principalmente por su política monetaria, ocupando “la posición 49 de los 137
países evaluados en todos los continentes.” Se advierte que la situación
macroeconómica no debe descuidarse y “la reforma fiscal, necesaria para generar
mas recursos, debe realizarse procurando no aumentar las distorsiones
impositivas que recaen sobe los sectores formales de la economía y sin crear
una peligrosa situación de deterioro de las cuentas públicas.” (p.23)
“Resulta
especialmente preocupante el pilar del entorno institucional, en el que la RD
se encuentra en la posición 129 de 137 países. Y el problema más grave es
que la tendencia es a empeorar.” (p. 25) “Dentro del panorama institucional, el
país obtiene valoraciones nada positivas por la falta de confianza en la clase
política, la corrupción y el desvío de fondos públicos, el favoritismo de
decisiones del Gobierno, la falta de ética de las corporaciones privadas, la
falta de independencia judicial, el uso sistemático de sobornos, la
ineficiencia del gasto público, el exceso de regulación, la falta de seguridad
debido a la violencia y al crimen organizado.” Se trata, en definitiva, de una
débil institucionalidad democrática.
En
los pilares restantes, “el país se sitúa por debajo de la media latinoamericana,
e incluso en algunos aspectos se encuentra en las posiciones más bajas del
mundo.” Entre 137 países las posiciones de la RD en otros pilares importantes
son: 132 en empresas poco dinámicas e innovadoras y pésima ética empresarial;
117 en ineficiente mercado laboral con estancamiento en los salarios; 115 en la
eficiencia del mercado de bienes y servicios por influencia de los monopolios;
101 en cuanto a infraestructuras, siendo el sector eléctrico el peor de los
componentes; capital humano con muy bajo gasto público en salud, ocupando la
posición 156 de 182 países, de acuerdo al CIA World Factbook 2018; 128 en la
calidad del sistema educativo, debido principalmente a la “deficiencia en la
cualificación de los maestros y en el alcance del plan de estudios.”
Naturalmente, Gazebo ofrece
propuestas para enmendar estas retrancas al desarrollo. Dado la limitación de
espacio, a continuación, se esbozan las mismas sin detalles.
Para
alcanzar el “sueño país”, Gazebo propone
un recetario de reformas de largo plazo que se introducirían gradualmente y
estarían acompañadas de crecimiento económico. Aquí se resumen de la siguiente
manera: 1) iniciando con las reformas institucionales, se propone “delegar el
monitoreo de las instituciones del Estado –entre ellas el poder legislativo y
judicial—a organismos internacionales de máxima reputación”; 2) “revisar la
estructura actual del Gobierno y demás instituciones del Estado, para eliminar
las redundancias y las ineficiencias que han mermado históricamente su
reputación y su capacidad de acción”; 3) “una regla fiscal que encamine al
Gobierno, de forma gradual, hacia un superávit que permita la creación de un
fondo para contingencias y la reducción de los niveles relativos de deuda”; 4)
“la actuación de las instituciones se deberá supervisar con total independencia
estadística, con la debida calidad de la información y sirviéndose de
plataformas tecnológicas que han sido internacionalmente efectivas”.
Entre
las páginas 37 a 42 del resumen ejecutivo, se menciona un ramillete de medidas
que instrumentalizarían las reformas mencionadas.
Pero Gazebo aconseja dividir la
introducción de estas reformas en tres fases, con monitoreo periódico para
determinar cuándo pasar de una fase a otra. En la primera fase se deberá lograr
un consenso político mediante la convocatoria de “una cumbre que podría
denominarse Cumbre Nacional para el Desarrollo y que debería reunir a los
principales lideres sociales, políticos, empresariales, educativos, académicos
y sindicales, así como a representantes de organismos internacionales.” Se
propone también que el Consejo económico y Social (CES) vaya evaluando los
resultados de las diferentes reformas y “formulando nuevas propuestas a medida
que se vaya comprobando el mejor o peor funcionamiento de cada medida.” “El CES
deberá mantener vivo el sueño de nación.”
¿Cuál
sería el lucro cesante de esta nueva receta para nuestro porvenir? Tal vez la
tardanza para producir el documento lo haga extemporáneo y ya no concite la
atención debida. Pero para quien escribe, lo principal sería la metodología
recomendada para generar el “sueño país”. Con excepción tal vez del Plan
Decenal de Educación, las diferentes cumbres nacionales anteriores han generado
planes que no se han cumplido. La razón no es tanto que los participantes
tengan la capacidad para emitir juicios certeros, sino más bien que el
seguimiento a lo acordado ha fallado, ya sea porque no se ha hecho o porque no
se han cumplido las medidas (p. ej. Estrategia Nacional de Desarrollo). Una
alternativa más efectiva podría ser la de sectorizar la elaboración de los
planes para producir un seguimiento más estrecho por parte de los actores de
cada sector económico. Eso de “sueño país” suena tanto al abarcador estribillo
anterior de “proyecto de nación” que no inspira mucha confianza respecto a la
superioridad de la receta y de la nomenclatura.
El
segundo (potencial) lucro cesante de Gazebo, sería
la recomendada supervisión y monitoreo internacional. Aunque la idea es buena y
quien escribe ha sugerido medidas como esa en algunos casos específicos (p.ej.
Policía), es predecible que habrá que vencer el prurito de los nacionalistas.
La primera prueba será la atinente a la actual participación del PNUD en la
transición del nuevo gobierno. Esperemos a que eso rinda sus frutos y nos
encamine hacia un mejor futuro.
ALGUNOS REPORTES SIMILARES DEL PASADO
-Plataforma para el Desarrollo
Económico y Social de la Republica Dominicana 1968-1985 (ONAPLAN,
1968)
-Desarrollo
Económico y Social en la Republica Dominicana: Los Últimos 20 Años y
Perspectivas para el Siglo XXI (CEPAL, 2000)
-República Dominican 2010-2020: Informe
de la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República Dominicana (Jacques Attali, 2009)
-Estrategia Nacional de Desarrollo
2010-2030: Un viaje de transformación hacia un país mejor
(GRD, 2009)
-Informe Nacional Voluntario:
Compromisos, Avances y Desafíos hacia el Desarrollo Sostenible (Comisión
ODS/MEPyD, 2018)
-Propuesta para el Desarrollo de la
Republica Dominicana (IX Convención Empresarial CONEP, 2019).
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