Por José D. Sánchez
Al llegar a la cima de una montaña alta, difícil, empinada y escabrosa, miramos hacia abajo todo el trayecto recorrido y henchido el pecho de emoción, gritamos:
¡LLEGAMOS!
Es la última página de un libro que hemos leído a coro y en voz alta y sin abrir los labios decimos:
¡SE ACABÓ!
Es la última legua de un naufragio, arribamos a la costa, sin velas, hambrientos, después de un largo viaje que creíamos no íbamos a terminar, al
echar pies a tierra nos llega la congoja y el dolor por aquellos que sucumbieron en el trayecto, solo nos quedan sus recuerdos, pero:¡SOBREVIVIMOS!
Aún los vientos huracanados mueven las copas de los árboles, el vendaval arrastra sus últimos despojos que se aferraron hasta el último segundo, pero no pudo, dejó desolación y muerte por doquier, enfermos, locos, alucinados, borrachos, solo o abrazados, PERO VIVOS.
2020, no pudiste,
salimos magullados pero vencedores.
Sin ti no hubiese
sido posible, me acompañaste, me apoyaste, sufriste junto a mí, pero al final
estamos riendo, por eso, de todo corazón, quiero darte un abrazo, virtual o
presencial, y solo susurrarte.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
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