13 de octubre de 2019

Las Elecciones Primarias del PLD Vistas Desde Otro Àngulo


Por Roberto Dominici
Lo que más atrae la atención de todo el país en estos momentos, es si hubo fraude contra Leonel Fernández. Gonzalo Castillo y sus partidarios dicen que no, que ganó limpiamente; en cambio, los partidarios de Leonel Fernández dicen que hubo fraude, que se usaron los recursos del Estado para imponer al candidato oficialista.
Como yo no tengo vela en ese entierro, lo que más me aconsejarían mis amigos y allegados es que no me meta “en pleito
ajeno”, que “el becerro manso se mama su teta y se mama la ajena”, que “en boca cerrada no entran moscas”, “que uno sabe de hoy, pero no sabe de mañana”, y hasta cosas peores. Y podrían tener razón, por un lado, claro.
Y ese lado al que me refiero es el del poder del Estado en un país donde la dignidad, la honestidad y otros valores afines, tienen centros de compra en puestos fijos, a donde van quienes se han convertido en mercancía, y como toda mercancía, su precio depende de la oferta y la demanda.
Y son muchos, por cierto. Y serán cada día más en la medida en que se prolongue la actual descomposición cívica y moral que empuja y amontona, como un tractor gigantesco, la actual política oficial de pervertirlo todo, de comprar a todo el que se venda, y de hacerse “el ciego” ante la corrupción, el tráfico y consumo de drogas, y otros demonios afines.
Del otro lado, el de la moral, la identidad ciudadana, el compromiso con las causas dignas, la coherencia pasado-presente, la cosa es diferente, o mejor dicho, muy diferente, aunque los unos y los otros seamos hijos del mismo entorno, y muchos hasta nacidos y criados en la misma ciudad, y hasta en el mismo barrio.
Y aunque en lo particular muchos salen beneficiarios de la forma como se gestiona actualmente el Estado en su conjunto, llámese Junta Municipal, Ayuntamiento, Cámara de Diputados, Senado, y de último, el Gobierno Central, en lo general pierde el pueblo, pierden los más pobres.
Y si lo sucedido en estas elecciones fue para perjudicar a un candidato del mismo partido, comprometido con los mismos intereses del gran capital, ¿qué no se haría en las venideras elecciones nacionales si se vieran las posibilidades de que un partido o agrupación de partidos amenazara con sacar del poder a los actuales partidos y grupos de partidos gobernantes?
Si es Pepito quien responde esta pregunta, apuesto morocota a cabo de túbano que contestaría: ¡CUALQUIER COSA, MAESTRO!

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