Por Ernesto Heredia
El país arde en apagones, el dólar sube como un cohete y los escándalos de corrupción en Senasa huelen cada vez peor. ¿Y qué hace la dirigencia del PRM? Se va de retiro a Jarabacoa, entre montañas y frescura, a hablar de “estrategias” para su futuro político.
¡Vaya desconexión! Mientras la gente compra velas para sobrevivir a los apagones, ellos se iluminan con proyectores en cómodas cabañas. Mientras los precios del supermercado suben sin freno, ellos hablan de “ajustes” en cómodos salones con aire acondicionado. Y mientras la corrupción golpea la confianza ciudadana, ellos posan sonrientes para la foto del “taller estratégico”.
La pregunta es obvia: ¿Estratégico para quién? Para el país, seguro que no. Lo estratégico para el PRM parece ser aislarse del ruido de la calle, de los reclamos ciudadanos y de la cruda realidad que no cabe en sus discursos.
Si de verdad quisieran estrategia, la encontrarían en los barrios que sufren los apagones, en los mercados donde el dinero no rinde o en los hospitales donde la gente hace filas interminables. Pero claro, eso no suena tan “estratégico” como un retiro en Jarabacoa.
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